“La sombra, siempre la sombra”, dice Rosalía de Castro en La dama de las sombras, una reconstrucción novelada en cincuenta capítulos breves de los últimos días de la poeta seriamente enferma que publicó Xavier Seoane en gallego y que ha traducido él mismo para esta edición en Reino de Cordelia.
Desde esos tiempos terminales, Rosalía de Castro evoca en el lecho de muerte su vida entre las brumas de un recuerdo que surge caprichoso desde un lugar intermedio entre la vida y la muerte.
Desde ese territorio de incertidumbre que comparten ya los fantasmas y la dama de las sombras, el dolor y la memoria, la niñez y el amor, el deseo y el remordimiento, la vida y la poesía, los libros y el paisaje, Compostela y Madrid desfilan por la mente de un personaje en retirada del mundo con una sostenida intensidad emocional: “No sé si es la fiebre o el dolor, o si ya estoy donde ni sé, pues desvarío con los recuerdos y pierdo el sentido de las cosas, que me van y vienen los sueños y los pensamientos… Y hasta las fechas se me desvanecen, igual que los rostros y la apariencia de las cosas que me calaron más hondo.”Y también de un territorio intermedio en el que se equilibran la ficción y los hechos, la imaginación y la realidad, surge esta espléndida novela con la que a Xavier Seoane confirma la potencia narrativa de la que dio muestra en Espiral de sombras. Santos Domínguez