El presidente de China, Xi Jinping, no quiere que los médicos chinos colaboren con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la investigación que realizará en ese país sobre el inicio del Covid-19: si desobedecen pueden ser acusados de espionaje y condenados a muerte, informaron fuentes japonesas.
Según el medio Kyodo, “las autoridades de China emitieron una orden de mordaza sobre el virus a los médicos en Wuhan”, por lo que tienen prohibido entregar algún tipo de información sobre lo que vieron en los inicios de la pandemia o cuando los casos ya estaban fuera de control.
“Las autoridades chinas advirtieron a los médicos que respondieron al nuevo coronavirus en la etapa inicial del brote en Wuhan, que podrían ser castigados por espionaje si revelaban lo que sucedió durante el período”, detalló el medio antes citado.
Además, se denunció que “la orden de mordaza se emitió alrededor de agosto y septiembre”, meses en que el gobiero de Xi fue felicitado por diferentes naciones por el control del virus.
“Un médico en Wuhan dijo que las autoridades de salud le dijeron que sería castigado por la ley si revelaba su experiencia, y si se le acusaba de espionaje, se le podría imponer la pena de muerte“, añadió Kyodo.
Esta medida se puede asociar al caso del doctor Li Wenliang, quien falleció por coronavirus y que alertó en diciembre pasado sobre el Covid-19 en China, pero -según se denuncia- la policía lo silenció en enero, pidiéndole que mantuviera en secreto la noticia.
Con información de Agencias