Starck ha vuelto a colaborar con el equipo de desarrollo –y a filtrar su diseño unas semanas antes de la presentación- para pulir el diseño del Mi MIX original, con el objetivo de incrementar todavía más el porcentaje que ocupa la nueva pantalla, para lo que se ha reducido la parte inferior (también conocida como “barbilla”) en un 12%. El resultado nos deja con un diseño limpio, en el que el display es el único protagonista.
[youtube src="qWv1rbn2Ohg" /]Este protagonismo no se traduce en un mayor tamaño de pantalla frente a su antecesor, al contrario: la pantalla de 6,4 pulgadas del primer Mi MIX se reduce hasta las 5,9 de este nuevo modelo, con lo que su tamaño pasa de 158,8 mm x 81,9 mm x 7,9 mm a unos escuetos 151,8 mm x 75,5 mm x 7,7 mm. Si añadimos que el peso se queda en 185 gramos, 24 menos que su antecesor, nos encontramos con un smartphone mucho más cómodo de usar.
La resolución, eso sí, aumenta hasta los 2.160 x 1.080 píxeles, que arroja una densidad de píxel de aproximadamente 403 ppi, lejos de ese nuevo estándar en el que se está convirtiendo superar los 500 ppi. Y una relación de aspecto cada vez más frecuente: 18:9 (o lo que es lo mismo, 2 a 1). Para aquellos que esperaban una pantalla OLED, lo sentimos: se mantiene el panel IPS LCD con contraste de 1.500:1.
Porque, si nos olvidamos de la pantalla y su diseño, lo cierto es que el Mi MIX 2 encierra unos componentes que solo podemos encontrar en lo mejor de lo mejor. Existen dos versiones, una fabricada en aluminio con procesos de última generación y otra, la Special Edition, en cerámica. La versión en aluminio cuenta con 6 GB de memoria RAM LPDDR4 y tres configuraciones de almacenamiento, 64, 128 y 256 GB. Y no, como viene siendo habitual en la gama alta de Xiaomi, no incluye ranura para tarjetas de memoria. La versión cerámica se presenta con 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento, a lo que añade un tamaño ligeramente más reducido, gracias a los materiales que emplea.
Todas las versiones comparten el mismo SoC, esa bestia que es el Qualcomm Snapdragon 835 (8 núcleos Kryo, cuatro a 2,45 GHz y otros cuatro a 1,9 GHz; GPU Adreno 540 a 710 MHz) que nos hemos cansado de ver en la gama alta de 2017. Teniendo en cuenta que es una configuración pensada para mover resoluciones muy superiores a la de este terminal, la fluidez en la carga y el uso de cualquier aplicación, por exigente que esta sea, está garantizada.
No hay dudas con la batería, de 3.400 mAh, una capacidad digna de elogio si tenemos en cuenta la delgadez del terminal y el espacio requerido para integrar en el diseño su omnipresente pantalla (de hecho, el Note 8 de Samsung no lo supera en capacidad). Cuenta con el sistema de carga Quick Charge 3.0 propio de Qualcomm., que permite cargar el 73% en apenas media hora.
Por lo demás, lo esperable: sensor de huellas en la parte trasera, Dual SIM, Bluetooth 5.0 A2DP, A-GPS + GLONAS + BDS, WiFi dual band y LTE y un USB de Tipo C 1.0. Para cerrar, todo este hardware moverá un Android 7.1 Nougat sobre el que nos encontraremos la tradicional capa de personalización MIUI 9, una capa muy configurable y que cuenta con muchos incondicionales, pero que para algunos usuarios resulta excesiva en sus opciones, lo que se traduce en una mayor complejidad de uso.
¿Los precios? Pues bien: el Xiaomi Mi Mix 2 costará nada menos de $500 dólares, y comparándolo con lo último de Apple y Samsung, no está nada pero que nada mal.