Xilitol – Edulcorante antihongos

Por David355

Ya sabéis que los hongos significa uno de mis temas favoritos, sino el que más. Hoy quiero traeros buenas noticias acerca de los edulcorantes, o pseudoedulcorantes mejor dicho. El xilitol es uno de ellos y ha demostrado fielmente tener un beneficio escondido que muy pocos conocen. Se trata nada más ni nada menos que de sus propiedades antifúngicas, o antihongos, como he puesto en el título para que nos entendamos todos.

En principio sabemos que los edulcorantes no tienen nada bueno, pero es que el xilitol, a pesar de que se incluya en este grupo, no lo es verdaderamente. En primer lugar porque el xilitol posee un apreciable valor calórico de 2,4 calorías, notablemente más reducido que el de la glucosa, que son 4 y mucho más que el de cualquier edulcorante, que están por debajo de 1. Esto nos ofrece un sustituto estupendo para el azúcar de mesa y además sin efectos perjudiciales para la salud.

Xilitol y su relación con los hongos

La relación entre el xilitol y los hongos gira en torno a dos procesos. El primero es la producción de xilitol, que se lleva a cabo mediante hidrólisis química, bastante costosa, o mediante procedimientos biotecnológicos. Estos últimos generan xilitol gracias a la fermentación, realizada por cepas de hongos como cándida, en especial cándida tropicalis y cándida utilis.

La segunda relación es el papel inhibidor que ofrece el xilitol frente a agentes microbianos, como los propios hongos y ciertas cepas bacterianas. ¿Es curioso verdad? Que un hongo ayude a producir algo que lo inhibe en otras situaciones. Evidentemente las cepas de cándida no producen xilitol sin más, se tienen que introducir en un medio adecuado y próspero que permita este proceso. Generalmente se trabajan con cultivos de candida embebidos en glucosa, fructosa y xilano, que es el precursor del xilitol.

Papel inhibidor del xilitol

El xilitol no posee ningún valor nutritivo, lo que no explica porque tiene actividad antimicrobiana o anticancerígena como veremos. Para ello deberemos recurrir un poco a la química. El xilitol, químicamente hablando es un alcohol (no confundir con bebidas alcohólicas) de 5 carbonos, cuya estructura se asemeja mucho a la de la glucosa. Al tratarse de un azúcar, tiene capacidad para retener y absorber agua, y de formar parte de la alimentación de muchos microorganismos que habitan en nuestro cuerpo, sobre todo boca e intestino.

¿Cuál es su ventaja? Pues que el xilitol, a diferencia de otros azúcares, no constituye una fuente de energía aprovechable para muchos microorganismos. Por tanto, las bacterias y hongos susceptibles que se alimenten de xilitol, sufrirán una sobrecarga de azúcares que bloquea la absorción de glucosa, que suele ser la preferida de la mayoría. Esto inactiva muchos procesos de fermentación aeróbica que llevan a cabo los hongos y bacterias, favoreciendo el crecimiento de una flora intestinal saludable. Las bacterias beneficiosas fermentan muy bien el xilitol, así lo demuestra este estudio realizado tanto en hombres como animales.

Su poder y eficacia no se queda solo ahí, pues el xilitol se ha utilizado junto con complejos de zinc y cobre para frenar la actividad infecciosa de muchos microorganismos, con resultados muy positivos, los tenéis aquí.

Xilitol y cándida

Las cepas de cándida, en caso de infecciones microbianas, ya se ha comprobado que son las más involucradas. Sus lugares preferidos son la boca, el intestino y las vías urinarias. Muchas cepas de cándida forman parte de una microbiota sana, tanto en la boca como en el resto del cuerpo, sin embargo, en la mayoría de los casos, un abuso de fármacos o una inmunosupresión del individuo, facilita un crecimiento excesivo de estos hongos. Ya he hablado además de esto en artículos anteriores.

El xilitol ha demostrado eficacia frente a cándida por frenar su actividad infecciosa. En la boca, los efectos de la ingesta de xilitol redujeron la formación de ácidos, además, como hay muchos microorganismos que no lo digieren bien, provoca un bloqueo en la alimentación de éstos. Ahora bien, donde me ha parecido más interesante el papel modulador del xilitol es en el interior de nuestro organismo. Considero personalmente que éste, es el mayor beneficio que puede ofrecernos.

La cándida produce gran cantidad de tóxicos cuando está sobrecrecida, uno de ellos y el más peligroso es el acetaldehído. Este metabolito, denominado también etanal, es un producto de desecho que se crea a partir de etanol, el alcohol de las bebidas. El acetaldehido está clasificado en el grupo 1 de compuestos cancerígenos. Mediante la ADH (alcohol deshidrogenasa), el etanol en el hígado se convierte en acetaldehído, que es menos dañino para el cuerpo, pero no deja de ser altamente tóxico en grandes cantidades. La cándida casualmente produce pequeñas cantidades de acetaldehído, que es el culpable, en casos de candidiasis severas, del cambio del color de la piel, del cansancio y los dolores de cabeza.

En pruebas de laboratorio, se aislaron varias cepas de cándida y se mezclaron con etanol y otros azúcares, entre ellos glucosa, fructosa y xilitol. Todos ellos a temperaturas similares a las del cuerpo humano (36-37 grados). La intención del estudio ( os lo dejo aquí) era comprobar si el xilitol era capaz de reducir la actividad candidiásica y neutralizar la producción de acetaldehído, ya que para que el hongo produzca este compuesto, necesita azúcar.

En el caso del xilitol, se redujo la producción de acetaldehído en un 84 por ciento, una pasada. No sucedió lo mismo con los otros azúcares evidentemente. Esto nos ayuda a dar firmeza a nuestra postura restrictiva de azúcares refinados en casos de infecciones por hongos.

¿Es mejor entonces el xilitol?

En líneas generales el xilitol es mejor que cualquier otro azúcar, pues no sólo aporta menos calorías, sino que también posee propiedades antibacterianas. Añado por supuesto, que es un azúcar que no produce caries. Ahora bien, sigue siendo un azúcar y tampoco es recomendable abusar de él. El xilitol actualmente está presente en casi todos los chicles sin azúcar que se comercializan en Europa, que es el producto que suele incluirlo. También puede adquirirse por separado. No por decir esto vayáis a pensar que los chicles son buenos.

Personalmente es un buen sustituto del azúcar y conserva la misma dulzura afortunadamente. No cabe duda de que en casos de infecciones sistémicas, es bueno utilizarlo si tenemos antojo de dulce. Para personas que sufran sobrepeso o quieran reducir la cantidad de azúcar que toman, sin perder el sabor de sus bebidas, es una opción muy interesante. Mucho mejor que cualquier otro edulcorante artificial que veamos por ahí, que esos si que no tienen ninguna ventaja que ofrecernos.

Espero que os sirva de ayuda compañeros/as. Dudas en los comentarios. ¡A seguid sanos/as no lo olvidéis!