Me gustan los clásicos y me gustan los ilustrados. No hay mucho más que decir para explicar por qué hoy traigo a mi estantería virtual, Xingú.
Conocemos a la señora Ballinger, creadora del Lunch Club, para lectores de un cierto nivel social; es decir las señoras Plinth, Leveret, Roby y las señoritas Glyde y Van Vluyck. Ahora están esperando a Osric Dane, autora del libro "Las alas de la muerte" ya tratado en su club.
Xingú es una novela corta y francamente divertida sobre un club de lectura y los complejos de los integrantes, en este caso mujeres. La altiva, la tonta, la que creen tonta y se ríen y, sobre todo, las seis elegidas. ELEGIDAS, si me lo permitís decir así. Y como incluso siendo seis compiten entre ellas. En este caso la tonta es Roby, que llega recomendada pero nadie tiene del todo claro qué narices pinta en tan selecto club. Se centra entonces en como Roby acapara a Dane, la autora invitada que incluso se marcha con ella dando plantón a las "buenas lectoras" intrigadas además ante lo que es Xingú, vocablo convertido en la palabra de la noche. Estas cazadoras de lo erudito bien pueden representarse hoy con facilidad al igual que sus ganas de verse superiores, sus complejos y sus tonterías, y eso es precisamente lo que hace de esta novela un canapé tremendamente divertido: hay cosas que no cambian demasiado y en esto de lo erudito hay que ser muy flexible para poder mirar a gusto por encima del hombro.
No voy a desvelar, por supuesto, lo que es Xingú, no estaría nada bien por mi parte hacerlo, pero sí diré que este libro es una suerte de "cena de los idiotas" condensado, una reunión de narices estiradas con una supuesta víctima y un buen repaso a lo que sigue siendo, en muchos lugares, el mundo cultureta actual. Wharton, sin despeinarse, muestra a los miembros del club y sus flaquezas: que si el libro se mojó y no pude leerlo, que si... bueno, ya nos entendemos. Y consigue que el lector saque a pasear una sonrisa maliciosa a la vez que le deja pensar que él, por supuesto, es mejor que todas esas señoras. La autora, exigente y distante, es usada además para generar una cierta simpatía ante el club descolocado y finalmente Roby se alza como la supervivente en una voz discordante capaz de no hacer lo esperado. Porque el el fondo, todas las integrantes que se consideran exclusivas, están presas de sus propias normas.
Xingú es un librito corto y bonito con el que me he reído un par de veces con bastantes ganas y, no sé vosotros, pero a mi con un libro me cuesta mucho más reír que llorar.
Y vosotros, ¿qué os cuesta más?
Gracias.