Arturo Pomar, el vencedor
(Foto: Archivo)
Como era costumbre en la época, aquí no faltaba nadie en la lista de los diferentes comités, tanto si eran ajedrecistas como si no. Así, de esta forma, nos damos cuenta de que los verdaderos organizadores del certamen quedaban relegados en la cola de los mismos, como si su organización y/o colaboración no hubiese sido lo suficiente importante como para que figurasen en la cabecera de ellos. Tanto el presidente de la Federación Española de Ajedrez, Agustín Pujol Sivil, como el delegado de la misma, el ínclito Brígido Chamero Cano, y también José Montagut Richart y Joaquín Maldonado, presidentes de la Federación Valenciana de Ajedrez, el uno, y del Ateneo Mercantil, el otro, respectivamente, fueran unos meros comparsas. Ya sabemos todos como se escribe la historia.
Haz clic aquí para leer todo el artículo