¿Cómo no nos iba a salvar?
Texto: Beatriz H. Viloria (@beatlegirl1986)
Fotos: Teresa Martínez (@tereresa)
"Es muy importante esto, que hayáis llenado el teatro dos días", decía Xoel López el domingo por la tarde ante un vigoroso aplauso desde el escenario del Coliseum de la Gran Vía madrileña.
A pesar de que el músico gallego está más que acostumbrado a colgar el cartel de "entradas agotadas" allá donde va, lo acontecido este fin de semana en Madrid realmente era importante.
Cuesta abstraerse en una crónica de concierto actual de los tiempos pandémicos que nos ha tocado vivir. Lo que A.C. podía ser una actividad semanal, ahora es un plan excepcional digno de celebración. Ha habido que acostumbrarse a unas medidas para hacer seguro el disfrute colectivo de la cultura.
Ha cambiado bastante la forma de vivirla, vale, pero no de sentirla. Y aún podemos permitirnos un escape siempre necesario, que se ha vuelto imprescindible en el último año. Y un artista o grupo al que admiras te va a hacer vibrar sentado, de pie o haciendo el pino puente, si fuera preciso.
Desde las butacas del Coliseum vibró de principio a fin el personal en el segundo concierto consecutivo con el que Xoel López cerraba el ciclo Inverfest (oficialmente, pues quedan unas fechas para primavera gracias a Filomena).
Una inyección de energía y positivismo desde la música de entrada -'Here comes the Sun' en la voz de Nina Simone- previa a 'El Destello', apertura del álbum protagonista de la velada, ' Si mi rayo te alcanzara '.
UNA PEQUEÑA FAMILIA
Seis personas traen este 15º trabajo de su carrera a la vida: Xoel, Charlie Bautista, Adrián Seijas, Alice Wonder, Ede y Teyou. Desde que inició su andadura en solitario, el músico acostumbra a formar una pequeña familia con cada disco, aunque este se tercia como el más grupal hasta la fecha.
Esto no quita que Xoel ejerza de frontman en 'Vampiro Blanco' o 'Si Mi Rayo Te Alcanzara', para después compartir con el mundo el descubrimiento que ha sido Ede en 'Alma de Oro'.
Arranca 'A Serea e o Mariñeiro', de ' Paramales ' (2015), incorporando sutilmente el enfoque sintético de sus últimas composiciones -priman los teclados y la batería electrónica sobre el escenario- y cerrando de manera más orgánica con las voces femeninas a pelo.
Y es que la aparición de Alice Wonder en la vida del músico fue decisiva; así sucede que un domingo por la tarde el público se estremece con la versión que hizo de 'Cometa' de 'Sueños y pan' (2017), y cuando une su voz a la de Xoel en 'Pez Globo'.
Más tarde, vuelve Ede y consigue que Deluxe siga presente en el setlist al convertir 'Quemas' en una copla moderna. Se remata la jugada del mentor cuando Teyou da un paso al frente en 'Catarata'. Entre un dueto y otro, el músico muestra por enésima vez su incesante versatilidad.
Hace ya tiempo que dejó de ser un hombre a una guitarra pegado, y tan pronto es un confiado bailarín que se desliza por las tablas en 'A Serea' o 'Dancehall' -pasos a lo Michael Jackson incluidos- como un entregado intérprete de cuya mano comemos, como lo hacen los esclavos, 'Joana'. Y da igual cómo toque y retoque ' Tierra ' de 'Atlántico' (2012), esa canción siempre será una joya. Y punto.
UNOS BUENOS BAILES
Un concierto del gallego acostumbra a alargarse, pero la situación actual también ha cambiado y reducido nuestros horarios. Con todo y con ello, el tiempo se aprovechó con acierto.
Así, dispararon los pianistas dirigidos por Charlie Bautista al son del merengue-góspel de 'Balas'. Y se bailó como buenamente se pudo en la butaca con 'Ningún Hombre, Ningún lugar'. Los buenos bailes ya se los marcaba Xoel por el público, antes de despedirse a la guitarra con 'Lodo', recordándonos que "del lodo crecen las flores más altas".
Se superaba la hora y media cuando los gritos de "Xoel, Xoel Xoel Xoeeeel" fueron escuchados y reapareció todo el reparto para hacernos recorrer el mundo en dos canciones, del frío al calor.
Una 'Patagonia' reconstruida dio pie al 'Tigre de Bengala' con referencia incluida a 'La Bamba'. Todo un desafío bailarla sin levantarse del asiento, lo admito, pero no imposible. Y, de nuevo, un mensaje positivo, como al inicio: si el tigre de Bengala se salva, ¿por qué no nos habríamos de salvar?
Después de la catarsis y con ganas de mover cada hueso del esqueleto, a la salida esperaba la ciudad lluviosa, fría y vacía y un toque de queda que cumplir. Pero una se iba a casa con la certeza de que Xoel López le había salvado el domingo. Y lo que llevamos de 2021.