Y a mi ¿quien me rescata?

Por Celia Garabaya @britishbubbles

Por fin la crisis va despejándose. Las empresas que antes de la crisis ganaban millones de euros, ahora han crecido y ya ganan entre un 11% y un 160% más de lo que ganaban antes de la crisis. Además, estas empresas, por fin ya les está llegando el crédito. Además, no son los únicos, los grandes directivos durante la crisis han visto un incremento en sus salarios mensuales. No nos quedamos ahí, España va tan bien, que para celebrarlo, indultamos a más corruptos que nunca. Ya vuelven los derroches absurdos, ya que parece que salimos de la crisis ¿Bueno, tal vez hayan salido de la crisis tan solo un 0.2% de la población española. Save the children campaña Y a mi quien me rescata.

Cada cosa a su tiempo.

Parece que en España tenemos unas estrategias un poco raras para afrontar una crisis. Lo que no se dice no existe. Y pase lo que pase, lo único que debes hacer para no tener problemas es negarlo. En un país, donde en el juicio más grande sobre corrupción, donde están imputados más de medio centenar de políticos, después de años, el único que ha resultado culpable es el juez que comenzó a sacar los trapos sucios. Donde un abogado es capaz de amenazar a un juez por que su cliente es una persona muy importante. Que podemos esperar.

Pues no. Resulta que podemos ir mucho más lejos y desde luego que lo vamos a hacer. Nos hemos propuesto, arruinar a las personas que más débiles son. Al fin y al cabo, son los que menos posibilidades tienen de hacerse escuchar. En un país donde la minoría que está arriba, vive una realidad totalmente diferente a los demás. Directivos que han conseguido sus puestos por enchufe, pero aun así se permiten despreciar a la clase baja por que no trabajan, son vagos… Pero, que ocurre en este país. Hace poco hablando con una persona con muchas limitaciones económicas, curiosamente defendía las grandes riquezas de los empresarios, que en muchas de las ocasiones (por no decir todas) se han conseguido a través de quitarle derechos a sus trabajadores. Contratación en el tercer mundo para reducir costes, pero, no por que no tengan beneficio haciendo lo éticamente correcto, sino para ganar más y más, dinero que nunca podrán gastar que servirá para almacenar y ver todos los meses una cifra más alta en sus cartillas bancarias.

Y, yo.

Por suerte contamos con una serie de ONG´s y asociaciones que luchan día a día por poner voz a los más necesitados. Aunque estoy seguro que en muchas ocasiones se deben sentir muy frustrados. Es el caso de Save the children, quien presentaba su nueva campaña de concienciación para el ciudadano. Ya nos olvidamos de hacer sentir algo a los políticos. Hace años que perdieron la moralidad. Supongo que cuando pasas por el control de seguridad del congreso, habrá un cartel que diga, deje su moral aquí hasta que acabe su carrera política.

Con un informe desolador, tratan de avisar de lo que se les ha olvidado contarnos a los políticos. Somos pobres. Será por que ellos no lo ven en los colegios de sus hijos en Las Rozas, ni cuando apuntan a su niño a aprender a jugar al padel. Está claro, corazón que no ve corazón que no siente. Tan solo tienen que mirar para otro lado y si tienen un golpe de moralidad, es simple unas vacaciones y como nuevos.

Lo más gracioso es que todo lo que hacen, lo respaldan con las leyes. ¿Cuales, las que ellos han creado? Si es casualidad.

La conclusión, es que cada día que pasa, más niños están en peor situación. Y son más de 2,5 millones los niños que viven en pobreza o están en riesgo de exclusión social. Estas cifras llevan creciendo desmesuradamente desde el comienzo de la crisis, y curiosamente, ninguna medida ha hecho reducir el número, sino que lo que ocurre es que el crecimiento cada vez es mayor. Y que podemos esperar, si el presupuesto que se ha dedicado a solucionar el problema es de 17 millones de Euros. Algo totalmente irrisorio, dada la situación y comparándolo con otros gastos que no tiene ningún sentido.

Pero, no pasa nada. Mientras no se diga nada en el congreso no existe. Y si por un casual, a alguien se le ocurre mencionarlo, con negarlo es suficiente. Ya se le olvidará a la gente.