Ha llegado la hora de que el peque inicie su vida escolar. El próximo curso empezará una nueva etapa, difícil, llena de cambios y para los padres, una etapa llena de dudas y responsabilidad.
Es ahora cuando hay que elegir centro. Aunque eso de elegir es relativo. Salvo que elijas un colegio privado pagando la elevada mensualidad correspondiente, el resto de ofertas (concertados y públicos) , depende de los puntos, la zona en la que vivas, y ese largo etc que restringe (según en qué zonas residas) dónde elegir.
¿En qué me he basado para elegir el colegio para mi hijo? Pues en un montón de cosas, pero como después la oferta se limita tanto gana lo práctico: que esté cerca de casa para que los abuelos puedan ayudar sin perjudicarles en exceso, que no sea privado y así la economía familiar (en estos momentos justitos) no se resienta. Pero a la vez también que sea un colegio con un proyecto educativo interesante, flexibilidad horaria en este primer ciclo que empezamos, comunicación abierta con la profesora y tutora. Aunque parecen cosas muy obvias, curiosamente no son fáciles de encontrar. A veces nos encontramos con centros que cierran sus puertas a cal y canto cuando los alumnos entran y los padres ya no tienen cabida más que en las reuniones oficiales y poco más. Luego también el handicap de querer un colegio laico. Como véis no es fácil.
Y una vez elegido el centro más adecuado, aparece la incertidumbre de si será el que dé la mejor educación a tu hijo. Sobre todo ahora que sobrevuelan métodos y métodos para volvernos a todos los padres medio locos. Os voy a hablar un poquito de los que me han llegado a mi.
Tenemos el Método Montessori . Un método empleado desde hace casi 90 años, según dicen, donde los niños aprender habilidades como la lectura o escritura de la misma manera que aprender a gatear, a andar, es decir, de modo espontáneo. Es un método muy respetuoso con la libertad del niño. Presume de tener un método individualizado, y de ahí su éxito. Es interesante ver las características de este método en comparación con la enseñanza tradicional.
También se habla del Método Faure. Muy similar en metodología al Montessori. De hecho un colegio que me interesó para mi hijo estaba utilizando un método de enseñanza a caballo entre las dos disciplinas. Hay tres principios que aplica:
A. Principio de Singularidad
B. Principio de Autonomía
C. Principio de Apertura
Os animo a leer el enlace.
Y por último un Método que llegó a mis oídos en una de las actividades a las que llevo al peque y que me sorprendió mucho, y es el Método Doman. Glenn Doman es un médico americano que empezó a trabajar con niños con lesiones cerebrales. Ante el éxito de su trabajo decidió aplicar su método a niños sanos. Su lema, potenciar las capacidades de aprendizaje de los niños. Para ello utiliza métodos algo radicales y donde los padres deben implicarse al máximo, haciendo verdaderos exámenes a los hijos de continuo.
Como veis todo un listado, y hay más, solo he puesto los que me han parecido más relevantes. No sé si en nuestro país, pero en nuestra ciudad, Madrid, es difícil aplicar un método en su estado puro, a menos que se trate de un centro privado. En la enseñanza pública o concertada es prácticamente imposible. Aunque como os digo el colegio que me gustó tanto dice tener un método educativo algo diferente. Los iré a conocer a finales de febrero, por si decido en el último momento cambiar de opinión, ya os contaré.
¿Mi opinión? Pues que cada vez me gusta menos la educación tradicional, la que se imparte en la mayoría de los centros. Se tiende a que todos sean borreguitos y no se atiende a las necesidades de cada niño. Pero claro, qué hacer con esas clases masificadas en muchas ocasiones con más de 20 niños! Los proyectos individuales brillan por su ausencia, y el niño o entra por el aro o acaba siendo el que más visita el despacho del director. Triste, pero esa es nuestra realidad.
A mi me gustaría educar a mi hijo en una disciplina respetuosa, donde se hiciera hincapié en desarrollar sus habilidades, pero no al ritmo de la clase, sino al suyo propio (aún no sabemos si será más rápido o lento que otros). Y desde luego tengo algo claro, quiero que reciba una educación sin prisas. Por mis andaduras académicas (de eso hace mucho ya) sé, o al menos creo que no es necesario un aprendizaje temprano para que el niño desarrolle todo su potencial. De hecho el aprendizaje en esta primera etapa escolar, de los 3 a los 6 años, se debe concebir como un juego. No nos olvidemos que la educación infantil no es obligatoria.
Como conclusión os diré que pienso que ponemos mucho énfasis en que los niños aprendan demasiado y cuanto antes. Y los niños deben ser niños, deben jugar, aprender jugando y disfrutar de la infancia, ya que les marcará el resto de sus vidas. Hay que potenciar el desarrollo emocional en esta fase, que no es más que un despegue. El desarrollo intelectual viene después, a anclarse sobre esa base emocional. ¿O acaso el más inteligente es el más feliz?….
¿Qué os parece?, ¿Si pudiérais educaríais a vuestros hijos en alguno de estos métodos?, ¿Los veis radicales?, ¿preferís la educación tradicional?. Espero vuestras opiniones.