En Febrero, FOX estrenó la nueva serie de Shawn Ryan, un señor muy querido y amado por la comunidad seriéfila, pero del que yo no había visto, hasta la fecha, nada (The Wire está en mi lista de pendientes). "The Chicago Code" era su regreso a televisión tras la cancelación de "Terriers". Con Jennifer Beals como protagonista, "The Chicago Code" nos cuenta la lucha que lleva a cabo la primera "comisaria" de Chicago para poner fin a la violencia, delincuencia y corrupción que asolan las calles de la ciudad que da título a la serie. (Texto libre de spoilers)
Beals es Teresa Colvin, la reina de Chicago. A su lado están los detectives Wysocki y Evers, brazos ejecutores de la "limpieza" a la que quiere someter Teresa a la ciudad. ¿De quién la tienen que limpiar? De gente como Gibbons, Concejal del Ayuntamiento y de Hugh Killian, jefe de la mafia irlandesa. Para ello, la teniente Colvin cuenta además con Chris Collier, infiltrado en las filas enemigas bajo el pseudónimo de Liam Henessey, y que buscará convertirse en la mano derecha de Killian para sacar a la luz sus trapos sucios. Esta ha sido la trama de fondo de los 13 capítulos que han compuesto la primera (y única) temporada de uno de los mejores estrenos de esta midseason. No me voy a cansar de decir que es un must-seen, totalmente disfrutable y perfecta para el período estival (el capítulo de la ola de calor es muy adecuado para esas fechas).
Junto a la trama Gibbons, cada uno de los episodios tenía su propio caso. Además, aunque dejó de tratarse durante un par de semanas, el asunto en torno al asesinato del hermano de Wysocki ha sido también tratado en sus últimos capítulos. Sin dejar a un lado tramas menores, como la relación de Teresa y Wysocki, de Teresa y sus conductores, la de Wysocki y Evers (que no se explotó todo lo que debió) y la de Wysocki con su sobrina Vonda (incluso la de ésta con su compañero Isaac).
Una delicia televisiva de trece capítulos, cancelada no por su audiencia (que aunque baja, no era nada desastrosa), sino por la falta de espacio en la parrilla de la próxima temporada de la cadena. Da pena quedarse sin una serie así, sobretodo teniendo en cuenta que era de Midseason y que ha tenido menos tiempo para enseñar sus armas y conectar con el público (pero aún así nos ha regalado sus dos últimos y magnífico episodios). Al menos ha tenido un final de verdad, que aunque deja ver que el enfrentamiento Colvin-Gibbons continuaría con una guerra en la segunda temporada, todo lo que estaba pendiente de resolución ha sido cerrado. Chicago se ha quedado sin reina.