Los periódicos de todo el mundo han divulgado la historia de Donald Trump y de sus esposas sucesivas, Ivana, Marla y Melania, pero también la de los antepasados de todos ellos hasta la tercera o cuarta generación.
Sin llegar tan lejos en España hemos sabido todo sobre Mariano Rajoy y familia, sobre José Luis Rodríguez Zapatero y la suya, lo mismo que de José María Aznar o de Felipe González.
Sin embargo hay un gran silencio acerca de Pedro Sánchez, como si los periodistas que hablan de las familias de otros políticos tuvieran escrúpulos para investigar los orígenes o vinculaciones familiares del renacido secretario general del PSOE. ¿Y cómo es Pedro? cantaría Isabel Pantoja bajo inspiración de Perales, el compositor del pueblo.
Decía la derrotada Susana Díaz que “Pedro solo quiere a Pedro”. Y de él se sabe poco más: que estudió en colegios elitistas como el Ramiro de Maetzu, público pero selectivo como cantera de baloncestistas del “Estudiantes”.
Ingresó en el PSOE, donde destacaba por su figura, y en una universidad privada, donde se doctoró con una tesis cuyo desarrollo presentan los medios como “dudoso”, pero que no se investiga.
En Wikipedia aparecía como nieto de Antonio Castejón comandante franquista en la guerra civil al mando del 2º Tambor de Regulares de Ceuta, al que los republicanos llamaban “carnicero de Zafra”.
Hace dos días desapareció esa referencia. El cronista había preguntó a Prensa del PSOE por esa posible relación durante su anterior mandato sin obtener respuesta.
Favorecido por créditos de Cajamadrid como miembro de su catastrófica Asamblea General, está casado con la directora de márquetiny copropietaria de Grupoinmark.com, empresa de empleos-basura, que a veces paga 400 euros mensuales a los empleados que recaudan por las calles donaciones para distintas oenegés, e hija además de un expropietario de importantes saunas gais madrileñas, puticlubs de y entre caballeros. Algunos clientes aparecieron en procesos judiciales por los que se hicieron públicos sus nombres.
Pues eso: debería conocerse totalmente a este Pedro que “solo quiere a Pedro” aunque parece que su extraño entorno intimida a los periodistas.
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SALAS