¿y cómo está Venezuela?

Publicado el 29 enero 2020 por Carlosgu82

¿Y cómo está Venezuela?

Venezuela ha sido en los últimos  años el tema/noticia más reseñada en los medios de comunicación de todos los países del mundo, especialmente en España, EEUU y la región latinoamericana. Las noticias giran en torno a la «crisis económica»,  «crisis humanitaria» y «migración venezolana».  Soy venezolana, nacida en Caracas, desde el 2015 me encuentro en la Argentina haciendo estudios de post grado. Mi proceso migratorio es bastante particular, no me fui «huyendo» de Venezuela como lo manifiestan un buen número de venezolanos y venezolanas migrantes, salí de mi país para cumplir con un objetivo personal.  El 26 de noviembre del 2019 arribe a la tierra caribeña después de 2 años, el motivo de mi viaje fue reencontrarme con amigos, familiares, pero también con los paisajes de Caracas y del mar caribe, con mi historia de vida e identidad y además realizar la entrevistas para la tesis de maestría.

Desde que publiqué en las redes sociales que me encontraba en Venezuela, no faltaron mensajes de venezolanos migrantes y de amigos argentinos: ¿y cómo está Venezuela?, pregunta difícil de responder por lo amplia. La otra dificultad que se me presenta para responder, es que la mayoría de los días de mi viaje transcurrieron en Caracas, con un par de escapadas a la Costa de la Guaira y de Ocumare. Es una realidad innegable que las ciudades siempre suelen ser una especie de «burbujas de cristal» cuando de  crisis económicas y sociales se trata (más no de los conflictos políticos), en el caso de Venezuela, desde hace cinco años aproximadamente las viene atravesando todas.

Lo primero que me gustaría resaltar es que Venezuela tiene intacta la belleza de su gente y de sus paisajes, la montaña Waraira Repano  y el mar caribe siguen espledodorosos, te alegran la vista y el corazón. La idiosincrasia del venezolano también permanece intacta: la alegría, el optimismo y la solidaridad siguen caracterizando a ese pueblo, para decirlo con el poeta caraqueño Aquiles Nazona “Venezuela práctica la hospitalidad como una de sus artes tradicionales”.

Sobre la cotidianidad material empezaré por dar buenas noticias. Había ambiente de festejo en toda la cuidad: gaitas, grupos musicales de salsa, parrandas navideñas, pude notar que la mayoría de las familias éste diciembre del 2019 pudieron disfrutar de una de  las máximas tradiciones: elaborar las hallacas, obviamente con la familia incompleta. El desabastecimiento está bastante solucionado, en todos los sectores de caracas los auto mercados tienen buena y completa dotación de alimentos, incluso variedad en las opciones de marcas. Ahora, la dificultad es otra: los salarios de la mayoría de los trabajadores, especialmente del sector público son muy bajos y no alcanzan para cubrir lo que técnicamente se denomina “canasta básica”. Ni hablar de lo devaluadas que están las jubilaciones. Creo que uno de los mayores nudos críticos, sin duda alguna son los salarios. El precio de los alimentos, productos de aseo personal, ropa y calzado son similares a los de la Argentina.

Otro nudo crítico tiene que ver con los servicios en general, el transporte y el agua son los más deteriorados. En el caso del primero es un problema histórico, que no se logró resolver y que pareciera no estar siendo pensado como política pública. En el caso del agua se pude decir que hay un retroceso en el acceso y suministro. Otro dato muy particular de la actual economía venezolana es la circulación del dólar, en todos los comercios formales e informales se acepta esta moneda, si bien no ha sido oficializada pareciera que en la vida práctica tiene mayor uso que el Bolívar. La tasa de cambio (la cual fluctúa varas veces en el día) es establecida por el Banco Central, desplazando el portal web “DolarToday” que en el pasado marcaba una gran diferencia entre el valor oficial y el mercado paralelo.

La crisis por la cual atraviesa Venezuela sin duda alguna es multicausal, y requiere que la sociedad venezolana haga un profundo análisis sobre las causas estructurales, que no solo interpelan a los sectores políticos y gobierno sino a la sociedad entera. Afortunadamente encontré en la mayoría de los venezolanos y venezolanas que aún siguen apostando al país un espíritu de lucha, los note decididos a transitar caminos hacia la renovación, a mirar a la crisis como una oportunidad para que nazca la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.