Y desde Salvador: Morro de Sao Paulo ( 3D/2N) y Praia do Forte (día)

Por Ceciliacarolina
Siguiendo con el descanso de ensueño versión brasilera, desde Pelourinho, y ante la cercanía de varias playas paradisiacas, planificamos algunas visitas para los 4 días próximos ... entre las buenas posibilidades nos inclinamos finalmente por pasar unos días en el más grande mito de la desconexión y la vida playera: Morro de Sao Paulo,  el paraíso  sin ruedas, ni motores y, dejar para el regreso un día para visitar lo más cercano.
- Y nos fuimos a Morro de Sao Paulo:

Tomamos ascensor y cruzamos hacia el terminal marítimo, situado tras el mercado modelo, a abordar el catamarán  Bioutu que por 75 reales, nos conduciría al paraíso, tal como versa su oferta.


Un dato importante, si se tiene la posibilidad es empacar un bolso pequeño, y no llevar una gran maleta a Morro, como no hay autos ni motos, arrastrar una maleta no resulta fácil ni práctico (además solo se necesita un par de trajes de baño, pijama y sandalias)

Recorrimos en un viaje bien movido, los 300 kms que separan Salvador de la Isla, en un poco más de dos horas (ha sido lejos el peor viaje, en términos de movimiento y gente mareada), incluido el de Koh Samui a Koh Tao en Tailandia)

Desembarcamos en la Ilha de Tinharé en medio de una gran oferta de taxis carretillas, que no ocupamos, por el precavido dato de llevar un bolso pequeño y nos enfilamos caminando hacia la segunda Praia, sector más recomendado para quedarse, por su cercanía a bares y restaurantes.

Después de unos 20 minutos de caminata, y ya tomándole el pulso medio Hippie chic playero a la zona, llegamos al hotel  Le Terrace (www.leterrace.com.br) que previamente reservamos por Booking, a muy buen precio, y que la verdad fue una excelente opción, por ubicación, atención y porque teníamos una terraza perfecta con vista al mar y una hamaca: un sueño !


Nuestra playa era bellísima, desde tempranito, después de un copioso desayuno de frutas y juego, nos adueñamos de una reposera, con un cofre con llave para dejar las cosas, e ir y volver al agua o a almorzar.

Disfrutamos, tendidas al sol, a la sombra, en el medio del agua, a la orilla, leyendo  y durmiendo (ninguna de la foto somos nosotras)

Y en medio de la siesta llegaba el "encargado" a cepillarnos los pies para sacarnos la arena o a regarnos - sí, literalmente- con una regadera con agua de mar, nuestros relajados pies  .... todo ello a cambio de una propina diaria, al final de la jornada playera.

La verdad era suficiente solo estar ahí, disfrutando de la vista y el aguita... todos pasaban a vender, conversar, o promocionar algo... con los gritos de Aaaaaacai, Aaaaacai, o el grato Picoleeee, Picoleee, que nos hacía saltar en medio de la siesta ....

Los desayunos los tomábamos en el restaurante Bahiano, en el mismo hotel (incluido) y los almuerzos fresquitos en el vecino restaurante UP ... muy ondero y bien atendido, y que por lo mismo visitamos de día y de noche ...


Nos tentamos alguna tarde con helado y  Milho asado, no entendiendo como soportaba una parrilla bajo tanto calor !

También disfrutamos de las Tapiocas en versión Morro, (yo ya me había rendido en Porto de Galinhas, en tapiocas da Praia), saladas o dulces según la ocasión, pero siempre acompañadas de la sonrisa más simpática de la segunda praia.

Y para la noche siguiendo los consejos de todos (especialmente de mis amigos Guga y Michelle) a Toca do Morcego, lugar también mítico, para disfrutar relajadamente de los sunset de ensueño.

Es un lugar bellísimo, lleno de colores, y muy en la onda Chill Out.


Al llegar, el anfitrión junto con ubicarte en mesa o cojín, te asigna un numero, asociado a una cuenta de consumo: nosotras optamos por caipirinhas y caipi maracuyá, acompañados de bolitas de queso, y otros apetizzer.

Otras noches circulamos solo por nuestro sector, a través de la pasarela de madera que une desde la primera a la quinta praia, la que apenas se ponía el sol, empezaba a llenarse de coloridos mini bares, llenos de fruta y luz, Elegimos una de las noches en Sambass café también muy en la onda del lugar, con mesas en la arena para disfrutar aún más la velada.


Nuestros tres días en el paraíso playero, transcurrieron disfrutados en un 100%, comidos, bebidos y felices, llenos además de anécdotas, como el te de la Cathy (no hubo caso de encontrar un lugar donde vendan té en tazón... no los culpamos por la alta temperatura no amerita la oferta).
Paseamos recorriendo las tiendas, llenas de trajes de baño y pareos bellisimos, y recorriendo postales, pero en realidad no salimos mucho se nuestra segunda playa: la mejor opción y 100% recomendable. 


- Y antes de irnos Praia Do Forte por el día:
Otro paseo posible de hacer desde Salvador, es a Praia do Forte, que es un balneario precioso, a 70 kilómetros de la ciudad.
Nosotras conseguimos un taxi (Carlos. Tel: 71 8880-0850), que nos condujo y guió por todos lados. La verdad es que al negociar nos ofrecieron también ir a otra playa, y aceptamos, pero no valía la pena para nada, y nos hubiésemos quedado felices en Praia do Forte que es hermosísima y entretenida y me queda como pendiente para un futuro, espero que cercano.

Carlos llegó por nosotras puntual al hotel, nuestra idea de ir en taxi fue porque necesitábamos desde allí llegar al aeropuerto para trasladarnos a Río de Janeiro tipo 6 de la tarde y quedaba en el camino, por lo que nos tuvimos que ir con maleta y todo. Carlos nos preguntó si podía ir con su hijita, para aprovechar de pasear con ella y nosotras felices de tener más compañía aceptamos felices !

Llegamos al área de estacionamiento y comenzamos una apacible caminata por esta playa, llena de lindos detalles, y de apariencia, a veces caleta de pescadores, otras de balneario chic, y otras de ambiente ultrafamiliar, pero siempre dominada por naturaleza protegida, como base de avistamiento de ballenas y desove de lindas tortugas.


Nos fuimos directamente a unas de las recomendaciones más queridas de mis amigos Guga  y Michelle, el proyecto Tamar Ibama, (www.projetotamar.org.br), lugar de conservación, investigación y enseñanza respecto de 5 tipos de tortugas marinas.

Hicimos todo el recorrido delineado, que debe tardar unas dos horas, es guiado y súper didáctico, porque tiene como publico objetivo a los niños, lo que no nos impidió disfrutarlo como  tal, junto a nuestra nueva amiga..


El lugar es súper entretenido, además de tortugas pudimos ver y tocar manta rayas e impresionarnos con grandes tiburones y otras especies marinas como caracoles y estrellas.

Y obvio con  las protagonistas del lugar ...

Desde ahí y con muchas ganas de quedarnos, nos trasladamos a Guarajuba,  a través de la carretera de Coco, acercándonos  un poco más al aeropuerto. Es un playa muy bonita con cocoteros y todo, pero me quedo mil veces con Praia do Forte, y me arrepiento de haber salido de ahí.

Carlos nos instaló en la Barraca do Camilo, y se fue a bañar con la pequeña, mientras que nosotras disfrutamos del sol y el agüita y del ambiente más familiar y musical que había en esta playa, aprovechando de almorzar ahí mismo Peixe na brasa, hasta que llegó la hora de arreglarnos e irnos al aeropuerto.

Desde ahí terminamos nuestra semana inmersas en el panorama cultural, musical y playero por Salvador y sus alrededores, fascinadas de la sonoridad y los colores, y felices de haber disfrutado el relajo máximo en Morro, sin duda un destino para volver, 100% recomendable !
Next Destintion: Rio de Janeiro !