Y, después del debate, ¿qué?

Publicado el 08 noviembre 2011 por Jcgarrido @jcgarridodp

Miprimera conclusión sobre el debate es que su importancia se hasobredimensionado.Alo largo de los días previos, se ha estado otorgando una desmesurada notoriedadal debate y a cómo lo estaban preparando, como si los candidatos fueran dos púgilesque optaran al mundial de los pesos pesados. Tras contemplar su desarrollo,tuve más la impresión de asistir a una pelea de pesos moscas poco belicosos,que intercambian unos pocos golpes, más coreográficos que contundentes, losjustos para que el público no les silbe.Encuanto a los contenidos que aportaron ambos candidatos, los encontré del todoirrelevantes: Rubalcaba se limitó a formular una serie de ideas peregrinas, máspropias de ZP que de él mismo, mientras que Rajoy recurría una y otra vez a unaidea tan bonita como abstracta, crear empleo, sin explicar cómo iba a logrartan meritorio fin.Enel aspecto frívolo, me sorprendió el modo escandaloso en el que Rubalcaba guiñay bizquea cuando habla, especialmente llamativo en su exposición final (porqueno le quitaron el plano), y que, al menos a mí, me hacía sentirme bastanteincómodo, pues daba la impresión de que iba a sufrir alguna clase de colapso.Misegunda conclusión es que el debate resulta intrascendente. A la llegada a susrespectivas sedes, los candidatos fueron aclamados por sus partidarios comohinchas futboleros que celebran un título europeo, y los medios de uno y otrosigno incurren en el mismo pecado. Por ejemplo, Público abre su portada con “Rubalcabaacorrala a Rajoy con su ‘programa oculto’”, mientras que ABC titula “Rajoy, en las encuestas... y en eldebate” y La razón “Rajoy presidente”Resultaincuestionable que el debate no convence más que a quienes ya estánconvencidos, y que los indecisos se dejan guiar más por impulsos o intuicionesque por las vaguedades que se expresaron en el mismo.  Entonces, ¿qué sentido tiene celebrar estoscara a cara? Parece evidente que son una mera liturgia, una de las partes másvistosas del espectáculo mediático que constituye la campaña electoral, unamera exhibición de los candidatos frente a sus incondicionales, una pelea dementirijillas o un combate de pressing catch.