Y Dios tuvo su infierno para llegar al cielo

Publicado el 18 mayo 2010 por Cosechadel66

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En un principio, cuando se planteó la realización de “Con faldas y a lo loco” (Billy Wilder, 1959), parecía una buena idea. Uno de los mejores directores de Hollywood, del que se decia que tenía cuchillas de afeitar en lugar de ideas dentro de la cabeza, y la mayor estrella femenina de la época, un sueño rubio llamado Marilyn Monroe. Además, ya habian trabajado juntos en “La tentación vive arriba”, y la cosa no había funcionado nada mal. El hecho de contar con Tony Curtis y Jack Lemmon en la película, no hacia sino añadir más calidad e interés al proyecto.

Pero pronto todos cayeron en la cuenta de que la filmación iba a ser todo menos placentera. Marilyn hizo de la experiencia todo un ejercicio de paciencia para todo el equipo. Empezando por el más bajo de los ayudantes hata el mismo Billy Wilder, pasando por sus compañeros Curtis y Lemmon. Comenzó quejándose de la importancia de su papel, tras el visionado de las primeras pruebas:

Cuando yo entro en una habitación, nadie va a fijarse en Tony Curtis interpretando a Joan Crawford. Todos van a mirar a Marilyn Monroe

Y a partir de ahi, todo fue en la misma dirección. Llegó tarde el primer día de rodaje, como avisando de lo que iba a ocurrir en los meses siguientes: “Antes la llamabas a la 9, y aparecía a mediodía. Ahora la llamas en Mayo y se presenta en Octubre”, dijo Wilder. Su excusa: “Me he perdido de camino al estudio”. Y quizás era esa palabra, perdida, la que mejor definia a Marilyn. Una persona perdida entre lo que los demás veian, lo que los demás querian ver, y lo que ella pretendía ser.

Era tan infeliz que podias sentirlo. Su infelicidad era tan tangible que resultaba contagiosa… Esperarla en el Set me ponia furioso a veces, pero nunca lo mostré. Estaba en su camerino y no aparecía hasta  que se sentía preparada. Simplemente no podía salir de su camerino, completamente vestida y maquillada, hasta que no estaba lista psicológicamente para afrontar las cámaras. Hasta entonces podías llamar a su puerta y ella decía : “Qué os jodan”. No podía ni quería salir. Pienso que mientras estaba allí se metía un poco de vino y de cosas y eso no ayudaba, pero estoy seguro de que no afectaba su forma de actuar, porque era maravillosa. Yo me decía a mi mismo que ella tenía peores problemas que los míos

La escena que resume de manera perfecta el ambiente en el rodaje es descrita en el video, narrada por el propio Wilder y Jack Lemmon.

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Pero nadie era como Marilyn. Puede que Billy Wilder fuera Dios, sobre todo al conseguir una película perfecta, milimetrada, una Obra Maestra de la Comedia que no deja traslucir la tensión del rodaje. Una película que nunca cansa, sea cual sea el número de las veces que la veas. Unas interpretaciones geniales, llena de dobles sentidos colocados en la trama de manera tan sutil como divertida. Genial Lemmon, genial Curtis. Pero sobre todo, y por encima de ellos, genial la actuación y la presencia de la Monroe. Cierto es que Billy Wilder acabo el rodaje harto de los retrasos y las incoherencias de la actriz, pero no menos cierto fue que, como conocedor incomparable de la magia del cine, sabia lo que la valia en pantalla Marilyn Monroe:

Cualquiera puede recordar un diálogo. ¡Pero es necesario ser un verdadero artista para salir al plató sin saberlo y, sin embargo, hacer la interpretación que ella hizo! Incluso pensaba en repetir. Si quisiera a alguien que llegase a su hora y se supiese sus frases perfectamente, tengo una vieja tía en Viena, también actriz, que estará ahí a las cinco de la mañana y nunca se equivocará en una sola palabra. Pero, ¿quién quiere verle a ella?

Asi que Dios, una vez más, consiguó el cielo de la perfección, aunque tuviera que pasar por el infierno y un demonio atormentado de pelo rubio y frágil personalidad. Ya se sabe: nadie es perfecto.

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