La imagen proyectada por el líder podemita es el resultado de un cuidadoso estudio profesional que, no obstante, nos deja datos curiosos. D. Pablo aparece en las imágenes siempre con un bolígrafo corriente en su mano derecha; las más de las veces, aparenta ser un “Bic Cristal” (no es el caso), popular desde los años setenta. Eso sucede en la instantánea que ilustra nuestra entrada de hoy, la misma que antes de ayer. La cuestión es ¿Donde está el papel para escribir?. En caso de no haberlo, de no disponer de un atril… ¿A qué fin lleva el bolígrafo?. Tal vez algún sesudo y experto asesor decidiera en su momento, que la utilización de un objeto común con la mayoría de la gente, lo acercaría a ese pueblo del que dice formar parte desde su vivienda unifamiliar en Galapagar. Otro tanto sucede con los complementos innecesarios, como las pulseras, más propias de un adolescente que hace depender su éxito en el amor de la duración que tenga algún nudo gordiano en la ajorca correspondiente. Qué decir de su “smoking” en la fiesta de los titiriteros como muestra del respeto que siente por los cineastas, en nada comparable al que el inspira la primera autoridad del Estado, a quien visita en mangas de camisa.
Todavía nos queda bastante por aprender de los norteamericanos. Orgullosos de sus productos, de su gente, de lo suyo en general, Barak Obama firmó -un acuerdo, una ley, me falla la memoria- utilizando en un solo autógrafo veinte plumas estilográficas de la marca “Cross” -americana por supuesto- y que se repartieron posteriormente. Son la primera democracia del mundo. Pero sus líderes no pronuncian discursos con pulseritas, ni bolígrafos Bic en la mano, cuando no tienen intención alguna de escribir nada.