El coro infantil del Liceo Sagrado Corazón inauguraba el pasado viernes la Navidad en el Corte Inglés, y es que parece ser, que en algunas ciudades, la Navidad va a quedar para los centros comerciales, y las instituciones no abrirán sus puertas a las decoraciones brillantes, los árboles llenos de adornos y como no, los tradicionales Nacimientos.
El nuevo alcalde de Cádiz, por la gracia del PSOE no quiere Belenes en el ayuntamiento, porque no todos los gaditanos son católicos, no todos los gaditanos creen en Dios, y hay que respetar a los que no lo son en detrimento de los que si lo son.
Parece ser que algunos entienden la libertad como algo propio que sigue sus propias reglas y que no respeta las creencias de los demás. Y es que así es la izquierda radical, lo que no gusta se prohíbe, porque yo lo valgo y punto, ahora, si esto lo llevara a cabo cualquier partido de ideas conservadoras, lo más bonito que saldría de sus bocas sería la palabra facha.
Ahora resulta que todos los problemas de Cádiz se solucionan colgando la bandera del Orgullo Gay de un asta en la fachada del ayuntamiento o suspendiendo la decoración navideña, excelentes medidas, que seguro solucionan los problemas de desempleo, y contribuirán a que se llenen las despensas de los gaditanos y todo el mundo sea más feliz.