Pero, pese a la campaña americana contra los cubanos, la respuesta cubana del coronavirus está avergonzando a otros países. Recordemos la actuación de los médicos de Cuba, en donde el 11 de marzo se diagnosticaron los primeros casos de la enfermedad. Un día antes, se identificaron cuatro turistas italianos con sintomatología respiratoria que se encontraban hospedados en un hostal en la ciudad de Trinidad de la provincia Sancti Spíritus y que habían llegado al aeropuerto de La Habana el 9 de marzo. Fueron ingresados y aislados inmediatamente en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK). Se les hicieron las pruebas y en 24 horas se tuvo el diagnóstico de coronavirus.
El 6 de marzo, Cuba actualizó este Plan para la Prevención y Control, incluyendo la “observación epidemiológica” de los viajeros procedentes de países donde ya había contagios, contemplando medidas específicas. El plan incluía la necesidad de que las personas que llegaban con algún síntoma se presentaban en un centro asistencial y seguían unas medidas de control durante 14 días. Igualmente, se estableció que los hospitales militares cubanos serían utilizados como centros de aislamiento para pacientes enfermos con el covid-19. El 12 de marzo, tras la incorporación de los hospitales militares, se pusieron más de 3.100 camas en todo el país para la atención a esta enfermedad, se habilitó una consulta especializada para los cuadros respiratorios y se estableció una especial atención a las residencias de ancianos y otros grupos vulnerables.Cuatro días más tarde, se contabilizó el enfermo número once de covi-19. Se trataba de un ciudadano canadiense, de 57 años de edad, que llegó el 14 a la ciudad de Holguín. Pero la pandemia no afectó gravemente a la producción económica como sucedió en países como España e Italia, y el gobierno cubano, acostumbrado a las catástrofes naturales, recordó que su legislación de 2014 establece que, ante situaciones de desastres de origen natural, tecnológico o sanitario que impidiesen la realización de sus empleos, los trabajadores recibirían su salario íntegro durante un mes y el 60% durante resto del tiempo que se alargue la suspensión de su actividad laboral.En China, donde se originó la pandemia en diciembre de 2019, los enfermos de coronavirus fueron tratados con el antiviral cubano, Interferón Alfa 2B recombinante (IFNrec). Este fármaco es uno de los productos estrella de la biotecnología cubana que también se usa contra infecciones virales provocadas por el VIH, el virus del papiloma humano y las hepatitis tipos B y C. Además, se comprobó su efectividad en terapias contra varios tipos de cáncer. Este medicamento es uno de los productos desarrollados por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB), creado en la isla en 1986. Previsiblemente, el medicamento cubano también llegará a México donde los científicos de ese país han tenido encuentros con los cubanos para estudiar el trabajo conjunto.Cuba también protagonizó, el pasado 18 de marzo, un gesto de solidaridad internacional que merece reseñarse. Por razones humanitarias y a petición de Londres, el Gobierno cubano aceptó recibir los pasajeros del crucero británico MS Braemar, con cinco casos de coronavirus, y coordinar su retorno al Reino Unido en cuatro aviones de British Airways. El crucero, con más de 600 pasajeros, llevaba 10 días de odisea en el Caribe, sin ser aceptado en ningún puerto. Cuba organizó la compleja operación de desembarco y retorno de sus pasajeros al Reino Unido, además de otros de una docena de países europeos y de otras nacionalidades. La mayoría de ellos eran ancianos que permanecían desde hacía una semana en el MS Braemar sin ser admitidos en varios puertos del Caribe tras detectarse los cinco casos de coronavirus. Por razones humanitarias y a petición de Londres, el Gobierno cubano aceptó recibirlos y coordinar su retorno en cuatro aviones de British Airways fletados por el Gobierno británicoEstos solidarios comportamientos en Cuba contrastan con otros, como la decisión de la alcaldesa de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, del Partido Social Cristiano, que ordenó que varios vehículos municipales no entrasen sin autorización al aeropuerto de la segunda ciudad de Ecuador e invadiesen la pista de vuelo. El objetivo era impedir que no aterrizaran dos aviones procedentes de Madrid y de Amsterdam, que solo llevaban a la tripulación, con el objetivo de recoger a ciudadanos europeos y los trasladasen de vuelta a la UE. Mientras tanto, los banqueros de Wall Street están presionando a las principales empresas de salud para que aumenten los precios por la crisis del coronavirus.