Ya estamos inmersos en lae Navidad y un año más, estas fiestas despiertan en mí sentimientos contradictorios
Por un lado no me gusta nada porque me hace recordar a las personas que ya no están entre nosotros y odio ese afán consumista al que nos vemos arrastrados durante las fiestas por tradición.
Pero, por otra parte, ¡me encanta!
Las luces, el olor de la Navidad, dar un paseo por Madrid para acabar en la Plaza Mayor, ir a ver Cortylandia y, en definitiva, impregnarse del ambiente navideño que nos rodea.
Un ambiente para mí comienza con el Sorteo de la Lotería de Navidad que, aún sabiendo que es muy improbable que toque, sigo jugando y probando suerte año tras año con la misma ilusión.
No sé, puede que algún año esté al otro lado de la televisión, en el telediario, celebrando que soy millonaria pero mientras tanto me conformaré con soñar que alguna vez llegue ese día.
Aunque para mí lo mejor de la Navidad lo vivo desde hace 3 años gracias a mi hijo.
Desde que hemos tenido al pequeño Asier estas fiestas han cobrado otro sentido totalmente distinto y, para mí, ha supuesto recuperar la ilusión que tenía de niña.
Y es que Asier está viviendo su 'primera' Navidad porque es este año cuando ya es consciente de todo y ya le en
cuentra un sentido y un significado.Disfruto con ver su cara de ilusión decorando el árbol y la casa con adornos navideños, viendo las luces y deseando que lleguen Papá Noel y los Reyes Magos y poder dejarles galletas y leche para que puedan coger fuerzas y seguir repartiendo regalos.
Cada mañana se levanta y me pregunta "Mamá, ¿ya es Navidad"?
Está deseando que llegue y yo sé para qué. Para recibir sus regalos. Todos hemos sido niños y os costaba dormir pensando que los Reyes Magos vendrían.
Y, ¿qué me decís de Cortylandia? No hay un año que no haya ido y ahora me doy cuenta de los padres lo vivimos con más ilusión que los niños.
No hay más que ver a todos los padres cantando la canción como si no hubiera un mañana.
Así que cada año voy recuperando la ilusión por estas fiestas que tienen su magia y su encanto.
¿Vosotras también las vivís con ilusión?