Y es que lo he echado tanto de menos! El olor a tierra mojada, los reflejos de las farolas en la noche lluviosa, los charcos, sacar el paraguas algún día, sólo uno! Pero no hubo suerte... hasta ahora... cuando volví a recordar porque me gusta tanto ver llover: porque me acuerdo de ti, de ti, y llueve...
Sí, llueve... lleva dos días lloviendo sobre una ciudad en la que no aparecía el agua desde hace tres meses... Un verano entero sin ver las calles mojadas, sin escuchar el tranquilizador sonido de la lluvia caer, sin una miserable tormenta estival que refrescara el ambiente, con el consiguiente chaparrón, con sus rayos y sus truenos, e incluso uno de esos cortes de suministro eléctrico. Nada. Cero. Parece mentira que aquí en el norte hayamos vivido un verano tan seco. Ahora llueve... aunque parece que no por mucho tiempo.
Y es que lo he echado tanto de menos! El olor a tierra mojada, los reflejos de las farolas en la noche lluviosa, los charcos, sacar el paraguas algún día, sólo uno! Pero no hubo suerte... hasta ahora... cuando volví a recordar porque me gusta tanto ver llover: porque me acuerdo de ti, de ti, y llueve...
Y es que lo he echado tanto de menos! El olor a tierra mojada, los reflejos de las farolas en la noche lluviosa, los charcos, sacar el paraguas algún día, sólo uno! Pero no hubo suerte... hasta ahora... cuando volví a recordar porque me gusta tanto ver llover: porque me acuerdo de ti, de ti, y llueve...