Hay cosas en la vida que siguen su curso natural, a pesar de terremotos, réplicas, tsunamis, radioactividad y el idiotismo humano.Una de ellas es el florecimiento de los cerezos en Japón, pero antes, como antesala de la maravilla que es la primavera japonesa, la floración de los ume en Japón.Uno de los lugares más interesantes para ver como estos árboles florecen es el Yushima. Debido a las nevadas de final de febrero, este año su florecimiento pareció retrasarse, aunque la fiesta estuviera en marcha, y la gente bebiendo y comiendo frente a árboles casi sin flores.Pero uno, que llora al ver un video de mininos monos, con una sola flor abierta ya me da por satisfecho.Aunque solamente sea como precalentamiento para lo de los cerezos, que este año gracias al grupo apocalíptico, pasaré con compañía de la más grata que uno puede encontrarse por aquí... la real.