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" aria-describedby="caption-attachment-3128" data-orig-size="900,1600" sizes="(max-width: 640px) 100vw, 640px" aperture="aperture" />Hojas, flores y aves con un cuaderno al aire libre: combinación perfecta para aprender mejor
Javier Rico
“¿Por qué no damos más clases aquí fuera profe?” “Creo que deberíamos insistir más en sacar a los alumnos a la calle y a los parques, y encima teniendo el río aquí al lado”. Tiene que llegar Aver Aves con sus “aulas en los parques” para que escolares y profes se den cuenta del potencial educativo que tienen al aire libre, alrededor de sus centros. Y esto vale desde infantil a bachillerato y formación profesional. En estos días de pasos de grullas por los cielos de Madrid, estas aves zancudas nos cuentan mucho sobre migraciones, adaptación al vuelo y aprovechamiento de las condiciones climáticas, recursos para alimentarse… En definitiva, se convierten en libros con plumas y picos de los que aprender mucho, sobre ellas y sobre la vida.
El paso de bandos de grullas sobre nuestras cabezas durante el mes de noviembre en una ciudad como Madrid es todo un acontecimiento. Ya mencionábamos algo en la anterior entrada al blog, alertando sobre su más que posible presencia en los próximos días. Observar este fenómeno migratorio desde un entorno urbano duro, hormigonado y por momentos demasiado ruidoso y polucionado, supone un motivo de gozo inmenso, y no solo por el simple pero grandioso hecho de verlas, sino por todo lo que nos cuentan con su paso.
“¿Profe, y por qué van en uve?” “¿Y no se chocan?” “¿Y por qué viajan desde Finlandia a Extremadura?” “¿No se cansan?” “¿Por qué algunas no mueven las alas?” En este curso, peques de infantil y de cuarto de primaria de los colegios públicos El Greco y Juan de la Cierva, respectivamente, nos han hecho estas y otras muchas preguntas cuando han visto y oído sobrevolar a las grullas sobre su coles y sus casas en el distrito madrileño de Villaverde. Y lo mejor de todo es que con las explicaciones se enseña y educa mucho.
Sobre un pupitre de hierba y tierra, nos sentamos a aprender lo que nos enseñan las grullas, cual libro abierto, sobre Biología y Geografía, sobre el porqué de las migraciones y las rutas que emprenden y cuándo las emprenden y sobre los países de los que salen y a los que llegan, e incluso las zonas de descanso. Pero también aprendemos Física: ¿cómo hacen las grullas para orientarse, mantenerse unidas, aprovechar mejor las corrientes de aire y cansarse lo menos posible?
Otra combinación perfecta para aprender mejor: grullas, vuelos en uve y una pizarra en la tierra
¿A qué mola más aprender todas estas asignaturas con las grullas por medio? Pues añadamos ahora que en esta época vemos mejor a los carboneros, mitos y mosquiteros que revolotean entre álamos, olmos, almeces y acacias porque a todos ellos se les cae la hoja. Pero cuidado, que llegamos a un pinar, y al carbonero garrapinos es más difícil verle, porque los pinos mantienen sus hojas. “Porque son árboles de hoja perenne profe, nunca se les cae”. “¿Nunca? ¿Y qué son estos mantos de agujas finas y secas que hay bajo los pinos?” Se las mostramos, y ya tenemos otra lección que contar en un ambiente más propicio para el aprendizaje.
“¿Dimorfisqué profe?” Llegamos al río Manzanares y una pareja de ánades azulones, con una clara diferencia entre el plumaje de la hembra y el del macho, nos da para una nueva lección sobre dimorfismo sexual en las aves y buena parte del reino animal. Les dejamos aún más boquiabiertos cuando les decimos que nos les deben de echar pan para que se lo coman, que les viene muy mal, que les aporta poco alimento y que incluso les puede debilitar y provocar que contraigan enfermedades. Es una buena ocasión para hablar de nuestro impacto en el medio ambiente, pero de una manera cercana, llana, que se entienda, les haga reflexionar y les motive a actuar mejor.
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" aria-describedby="caption-attachment-3131" data-orig-size="1383,1037" sizes="(max-width: 640px) 100vw, 640px" aperture="aperture" />¿Por qué el macho es de un color y la hembra de otro completamente diferente?
Otro clásico: “¿pero qué hacen las gaviotas en Madrid si no tenemos playa?”, nos preguntaban escolares de segundo de primaria del CEIP Cristóbal Colón, también de Villaverde, al verlas volar cerca de su cole. De nuevo se agolpan explicaciones sobre comportamiento animal, pautas de alimentación, residuos en la ciudad, vertederos, dormideros de aves… Sí, sí, dormideros porque: ¿dónde pasan las noches las miles y miles de gaviotas reidoras y sombrías que durante el día merodean por el río Manzanares, los vertederos y las lagunas del sureste de Madrid? Todas juntitas en embalses de la Comunidad de Madrid, donde se dan mucho calor.
Y entre medias da para hablar sobre el agua del río Manzanares, que no viene tanto de la sierra como de las depuradoras; de esa capa tan gris que se ve sobre el centro de la ciudad pero que también está sobre nuestras cabezas; y de la importancia de mantener no solo árboles, sino también setos con arbustos en la ciudad. Y esto último lo comprueban y comprenden viendo que la huida de los mirlos, gorriones y petirrojos que vemos es hacia estos setos, para esconderse en ellos ante la repentina presencia de 25 peques. “¿Pero por qué huyen, si no les vamos a hacer nada; y encima gritando así?” Cantos de alarma, y volvemos a abrir un libro lleno de plumas y picos para explicarlo.
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" aria-describedby="caption-attachment-3132" data-orig-size="1265,720" sizes="(max-width: 640px) 100vw, 640px" aperture="aperture" />Cola para ver al animal más veloz del mundo. ¿En la ciudad de Madrid? ¿En libertad?
En estos días hemos abierto un libro muy apasionante, porque con otros cuatro grupos de tercero de primaria de El Greco nos hemos ido a visitar al animal más veloz del mundo. Ya habíamos abierto aulas en los parques con ellos en el entorno de su cole, pero oyeron las historias urbanas que les contamos sobre el halcón peregrino en Madrid y profes y peques querían vivirlas de cerca. Vieron su casa-nido todos los grupos, que ya emociona, pero solo con uno conseguimos ver al halcón. Tendríamos que utilizar otra entrada al blog para relatar las sensaciones, comentarios y preguntas que suscitó su presencia.
Pensad que sólo hemos contado aquí una mínima parte de todo lo que está escrito en esos libros de plumas y picos y que compartimos en aulas de hierba y tierra. Son libros que se escriben y leen sobre la marcha, a medida que un pinzón vulgar, un majuelo, un árbol del amor, un conejo, una mariposa vanesa atalanta o un milano real aparecen y desaparecen de ellos. Ellos marcan los tiempos, las lecturas y las enseñanzas, y los alumnos y las alumnas se adaptan perfectamente a todo ello. Se integran en sus vidas.
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¡No esperes más y vente con Aver Aves!
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