Muy sencillo, a lo Arguiñano. Cogemos a los jugadores y los cambiamos por músicos, y en lugar de balón Jabulani, una buena eléctrica, que si no sacaríamos de la chistera un partido solidario en lugar de un macrofestival. Y como el estadio también va a hacer falta, con algo de perejil estaría organizado el Mundial. Toca saber qué selecciones participarían y lucharían por ese trofeo tan poco original que es una guitarra de oro.
Por Alemania podrían competir Blind Guardian, Rammstein, Helloween y unos Scorpions a punto de retirarse. Una selección aguerrida, temible en el cuerpo a cuerpo, pero tal vez sin la calidad de Inglaterra. Quizás ya no sea la gran favorita, pero históricamente lo ha sido y la que tuvo, retuvo. Estaríamos ante un equipo en busca de un relevo generacional que no termina de llegar, con bandas prometedoras como Arctic Monkeys, Muse y Placebo que sucumben ante comparaciones con veteranos como The Rolling Stones, Iron Maiden, Motörhead o The Who. Nombres que, jugando cada vez menos, siguen teniendo un puesto asegurado en cualquier alineación.
Irlanda: U2 y The Cranberries.
Escocia: Franz Ferdinand, Travis y Nazareth.
Italia: Lacuna Coil.
Argentina: Los Fabulosos Cadillacs, Charly García, Rata Blanca.
Brasil: Sepultura.
México: Molotov.
Finlandia: Apocalyptica, Hanoi Rocks, Lordi, The Rasmus.
Suecia: Mando Diao, The Hellacopters, Europe, The Hives.
Noruega: Turbonegro.
Canadá: Three Days Grace, Neil Young, Rush, Finger Eleven.
Sudáfrica: Seether.
Australia: Wolfmother, Airbourne, Jet, AC/DC.
Estados Unidos: KISS, Aerosmith, Foo Fighters, Metallica, Red Hot Chili Peppers
España: Mägo de Oz, Extremoduro, Barricada, Barón Rojo, Rosendo.