La temperatura en España está subiendo a un ritmo de 0,5 grados por década (una media tres veces superior a la media global), o sea que los niños que nacen ahora tendrán una vejez bastante calentita. Pero esto no preocupa a los líderes mundiales, pues hasta ahora empieza la cumbre de Cancún y ya es todo un fracaso pues los principales implicados no han confirmado su asistencia, es decir, que no hay ningún tipo de compromiso.
La pasividad de los líderes mundiales en la cumbre de Copenhague incrementó en unos 750.000 millones de euros el coste de evitar una subida de dos grados de la temperatura media del planeta para el año 2100, considerada el umbral del desastre por la comunidad científica. Si la temperatura sobrepasa ese umbral, entre un 20 y un 30 % de las especies de plantas y animales desaparecerá, pero las propuestas de reducción de emisiones de los países industrializados y emergentes provocarían una subida de hasta cinco grados.
La realidad es que los ricos siguen negando el calentamiento global, mientras que los desórdenes climáticos son cada vez más frecuentes y devastadores. Cualquiera diría que la que está cayendo hoy, es un castigo de la naturaleza, pero todos sabemos que no es ella la culpable sino la mano avariciosa del hombre.