¿Y si...?

Publicado el 08 mayo 2015 por Jordi Martinez Aznar
Mucho se ha hablado esta temporada de la undécima Champions para el Real Madrid, aunque, puestos a ser tiquismiquis, la realidad es que sería la quinta Champions, que las otras cinco fueran Copas de Europa. No pocos tenían la convicción de que ganarían fácil a la Juve mientras que, en la otra semifinal, Guardiola repetía lo mismo que el equipo al que entrena hizo hace dos años y le endosaría un 7-0 entre ambos partidos, eliminando toda probabilidad de conseguir el triplete. Tanto se ha hablado del caso que parece que nadie recuerde que primero hay que jugar. Sé que parece (y es) una obviedad, pero en no pocas ocasiones tengo la sensación de que la gente se olvida de este pequeño (pero sutil) detalle. Pero es que, por desgracia, en este país parecemos asentados en una frase que hizo famoso Helenio Herrera, que hablaba de "ganar sin bajarse del autobús".  Pero, hete aquí, que el Madrid perdió 2-1 y el Barça, aunque si bien es cierto que marcó tarde, acabó con un 3-0 y, si no la caga, tiene un pie y parte del otro en la final de Berlín.
Para bien o para mal, el Real Madrid aprendió ayer la importante lección de que una eliminatoria o un título no se gana haciendo tertulias en las que se hable de lo bien que está Cristiano Ronaldo y rememorando la pasada final jugada contra el Atleti o con las sensaciones con las que uno se levanta ese día. Como decía Tomás Roncero en su cuenta de Twitter, el día del partido se había levantado muy Alegri... (sin comentarios). Sé que el resultado es corto, y con un simple 1-0 el Madrid pasa, pero es mucho pensar que la Juve, pero pensar que los italianos no saldrán a marcar al menos un gol es un poco de ilusos. Lo lógico es que, pese a la victoria, hagan como Pep Guardiola y salgan a ganar el partido. Y si de repente se encuentran uno o dos goles por debajo, ¿entones qué? Si acaban eliminados ¿a quién le echan las culpas esta vez? Bueno, en realidad ya sabemos a quién le echaremos las culpas: al mismo que se le echan las culpas cuando pasan estas cosas: al entrenador. Que si no ha sabido gestionar la plantilla, que si debería haberle dado más descanso a los cracks... Obviamente, para lo que queda, le dejaran en el cargo, pero como se confirme la hecatombe, pues Ancelotti ya se puede ir buscando equipo para la temporada que viene.
Para bien o para mal, todavía recuerdo cómo se hablaba del favoritismo de las semis. La lógica dictaba que, por los rivales que les había tocado en suerte en semifinales, quien lo tenía más claro para pasar a la final, al menos hasta el martes por la noche, era el Real Madrid, pero si a lo largo de la historia siempre pasara el favorito, no habría cabida para las sorpresas. Y es que imaginemos que el próximo miércoles rematan la faena en el Bernabéu y acaban pasando a la final Adiós al sueño de la undécima. La Copa, obviamente, la tienen más que perdida. Por último tienen la Liga, para la cual no dependen de sí mismos y tienen que esperar que el Barça tropiece en cualquiera de las tres jornadas que quedan. Imaginemos que, aparte de la Liga, los azulgranas consiguen ganarle la Copa al Athletic y se llevan su quinta orejona en Berlín dentro de un mes. Habremos pasado de un sextete merengue a principios de temporada a un triplete azulgrana al final.
Pero muchos me recordarán que los blancos han conseguido la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Y no dejará de ser cierto. Pero no es menos cierto que no pocos seguidores blancos ningunean estos títulos cuando quien los gana es su máximo rival, y ni citarlos cuando los gana otro. En más de una ocasión, al menos en la Supercopa de España se ha calificado como chupito por parte de la afición blanca cuando lo gana el Barcelona, pero bien contentos que se ponen cuando la ganan. En fin, en unos pocos días veremos si consiguen remontar o tendrán que aguantar varias semanas con el sueño de al menos luchar por la Liga.