Cuando pienso en el fin del mundo se me vienen a la memoria películas como Armageddon, Impacto Profundo, 2012, El día después de mañana, TheHappening, El día en que la Tierra se detuvo y Señales del futuro. Pero, no son más que eso, ilusiones para crear o compartir un ambiente de los tiempos que vivimos. Sin embargo, de todo lo que vemos aquí hay una cosa cierta: La necesidad que tenemos como seres humanos al borde del abismo de perdonar y amar con mucha más intensidad.
Paula y Fabian en Neelpert
Cada cierto tiempo experimentamos esta gratuita terapia de shock y los sentidos cada vez más agudizados nos motivan a ser mejores. Somos conscientes de que debemos cambiar porque lo queremos así y no por otro ser, pero a veces, nos vemos atrapados bajo nuestras propias paredes y lo mejor que podemos dar carece de sentido en aquellos días.Si este 21 de diciembre se acabara el mundo tendría una lista más bien larga de cosas que debí hacer antes de morir, otra de personas a las que perdonar o me perdonaran, lugares a los que volver y por sobretodo personas, lugares y comidas por conocer y probar. Quiero visitar la Puerta al Cielo en China, recorrer por completo Francia y estar con mis sobrinos en Bélgica, abrazar a mis hermanas que las amo a pesar de los problemas de la vida, como la distancia y ser más de lo que hoy soy. Profesora o chef, ambas, por qué no. Volver a enamorarme.