¿Y si hablamos un poco más de deporte?

Publicado el 25 marzo 2014 por Davidmaldini @ConDdeDeporte

Diario de a bordo. Día 2 después del Clásico. Seguimos sin noticias del partido. Creemos recordar que veintidós jugadores saltaron al terreno de juego a disputar un partido de fútbol. Tras noventa intensos minutos perdimos todo contacto con ellos.Sólo un ruido constante que llega a través de la radio: Undiano, Undiano, Undiano, Villarato, Villarato, Penalti, Penalti…

Podría ser una cutre película de serie B de ciencia ficción, pero no. Es la realidad. La realidad de nuestro fútbol y nuestro periodismo, contada desde el puente de mando de una nave que se hunde lentamente. Ya no hay nada que hacer. Olvidemos el fútbol, hablemos de árbitros, hablemos de piscinazos, hablemos de teatreros, hablemos de polémica y dejemos el esférico a un lado. Acabemos con las tácticas, olvidemos las grandes jugadas, pasemos de las grandes paradas. Centrémonos en lo más importante del fútbol, en ese tipo con una camiseta amarillo chillón, silbato, y desde hace no mucho, pinganillo.

De pequeño, el fútbol me enseñó las virtudes del esfuerzo personal y colectivo, sentir que por cada gol que te marcan, metes dos, que una decisión injusta no es sino la mejor de las motivaciones, que no se abandona la jugada para protestar si el árbitro no marca la infracción. Ahora, el árbitro y el mediatismo de sus decisiones lo absorben todo. Tengo suerte de haber visto el partido en televisión. De no ser así, no me queda claro si aparte del penalti de Ramos a Neymar, del pisotón de Busquets, o el penalti a Iniesta, podría llegar a saber si se jugó también al fútbol en el Bernabeu.

La saturación comienza a ser evidente en unos medios de prensa cada vez más sujetos a ciertos colores y a un discurso casposo que obvia el fútbol y promueve la “moviola”. Todo ello aderezado con una enorme desatención al resto de disciplinas deportivas que cada vez sienten con mayor fuerza el abandono de aquellos que deben promocionarlos. Pero no interesa, ya no. Sólo ciertos productos patrios, véase Nadal, los Gasol, Fernando Alonso, o Marc Marquez. Esta deriva profesional que abanderan programas como el Chiringuito de Jugones, o Tiki Taka, no es sino el reflejo de lo que consentimos. No se trata aquí de salir a la calle a protestar por ello pero algo de autocrítica no vendría mal. Estoy cansado de este fútbol frivolizado que roza el ridículo espantoso.

Hablemos más de fútbol, si eso es posible…