Mafalda y Joaquín Lavado (Quino), indisociables desde 1964.
A principios de esta semana, medios nacionales y extranjeros celebraron el 50° cumpleaños de Mafalda. Los usuarios de las redes sociales adhirieron al festejo en honor a la protagonista de la historieta que vio la luz el 29 de septiembre de 1964 en la revista argentina Primera Plana. Curiosamente, muchos de estos internautas admiradores de Quino y su obra contribuyen a diario, y sin ningún reparo, a la proliferación -sobre todo en Facebook- de textos apócrifos atribuidos a la nena cincuentenaria.
La tendencia online crece hace tiempo, a contramano de las consignas que la Unesco difundió en abril pasado el Día Mundial del Libro. “Valorar la originalidad de los autores impide que queden en la calle” y “Valorar el talento de los autores evita que tus personajes se callen” rezaron dos afiches institucionales, ilustrados y debidamente firmados por -oh casualidad- Quino.
En vez de callar a Mafalda, esos usuarios de Facebook la convierten en una criatura verborrágica, propaladora de observaciones, reflexiones, humoradas que Joaquín Lavado nunca (le) escribió. Algunas de los falsos libretos que le imponen, contienen frases extraídas de libros de autoayuda o de autores indigestos como Paulo Coelho y Don Brown.
Una de las Mafaldas con texto apócrifo que circulan en Facebook.
Compulsivos, quienes publican y/o copian rara vez advierten sobre el retoque editorial. Algunos no lo reconocen; de hecho creen estar replicando el recorte de una viñeta original.
Justo un año atrás, Quino se enojó con los creativos del Movimiento Popular Neuquino porque usaron la imagen de Mafalda para la campaña política de los candidatos a senadores Guillermo Pereyra y Lucila Crexell. El diario Los Andes de Mendoza transcribió (aquí) declaraciones del humorista gráfico: “No sólo los políticos, hay mucha gente que tiene esta manía de no pedir permiso creyendo que son dueños de una imagen que -está bien, se ha hecho muy popular- pero eso no significa que la puedan estar utilizando para lo que quieran”.
Lejos de ser excepcional, este episodio tiene antecedentes. El mismo Don Lavado mencionó otros casos de uso político de su niña en esta entrevista que le concedió a Página/12 en 2005, a propósito de los afiches que el actual intendente de La Plata Pablo Bruera encargó para promocionar su candidatura a diputado provincial por el Partido Justicialista.
Mafalda también es explotada con fines comerciales sin autorización de su creador. Sin ir muy lejos, en abril pasado la Justicia federal falló contra fabricantes y distribuidores de “productos apócrifos vinculados con la historieta” de Quino.
Mafalda, infaltable en las protestas iberoamericanas contra el proyecto anti-piratería ‘Stop Online Piracy Act’ o SOPA.
“Estoy por defender los derechos de autor, no estoy con eso de dejar la libertad absoluta de que cualquiera pueda utilizar lo que se le da la gana sin pagar derechos de autor” dijo el humorista gráfico ante la edición mexicana de CNN en julio de 2012. Las declaraciones de entonces apuntaron al uso de Mafalda en la campaña contra el proyecto de ley SOPA. “Eso me dio mucha rabia”, expresó.
En principio la práctica interneteana de replicar de manera desaprensiva contenidos apócrifos es menos grave que el uso no autorizado de propiedad intelectual ajena con fines de lucro y/o proselitistas. Dicho esto, ambos comportamientos atentan contra la integridad de las obras y les faltan el respeto a sus autores. ¿Por qué, entonces, no empezar a abandonar ciertas (in)conductas online? ¿Por qué no aprovechar el 50° aniversario de Mafalda para exigir -y empezar a realizar- agasajos y tributos consecuentes con la opinión de Quino y con la noción de respeto por (y preservación de) nuestros bienes culturales?