Al comentar que Bebé ha pasado 48h con mis padres, sin mi y sin tetita, y que al haber salido tan bien la experiencia, van a repetir vacaciones con los otros abuelos y en este caso por más días, varias personas me habéis preguntado qué pasará entonces con la lactancia y cómo me sentiría si este fuera el final.
Normalmente me funciona muy bien la intuición pero en este caso no tengo ningún pronóstico. Desde hace ya tiempo (mucho antes de haber hecho esta prueba) tenía claro que mantenemos la lactancia porque a ambos nos gusta pero que no hay una dependencia ni por su parte ni por la mía.
Al volver de esta pequeña escapada con mis padres, Bebé ha retomado la lactancia con normalidad. Desde hace varios meses son muy poquitas las tomas que hace, en forma siempre de mini chupitos, puede dormirse él solito (aunque normalmente quiere tetita) y ya no toma por la noche si se despierta. Es decir, que en este punto la lactancia es prácticamente ya testimonial. De aquí a no tomar nada, desde mi punto de vista, habría poca diferencia.
Si Bebé pasa una semana sin tetita es posible que se le olvide. No sé qué se le pasará por la cabeza. También es posible que al volver retome sus chupitos durante algún tiempo más.
Si tengo que acudir a mi intuición, pienso que el fin no anda lejos. Pero también podría ser que se mantuvieran los chupitos durante varios años más.
En cuanto a mi, si se acabara ahora no me importaría. Sin duda la lactancia materna ha sido la experiencia más emocionante, intensa e íntima que he experimentado en mi vida. Pero después de más de tres años, me siento llena. He vivido todas las fases de la lactancia, las he disfrutado todas, he experimentado incluso la lactancia prolongada, que es algo que nunca pensé que llegara a vivir. Me siento tremendamente afortunada por haber podido vivir algo tan intenso y mantenerlo todo este tiempo. Siento que ha sido maravilloso pero que yo, al menos, no necesito más.
Tengo la suerte de contar con algunas poquitas amigas que dan el pecho a niños de edades más o menos similares. Y creo que todas compartimos sentimientos parecidos. Algunas veces me siento cansada y poco predispuesta a ese mini chupito que me pide. La verdad es que no me cuesta nada ofrecérsela por esos dos segundos que la pide, es un sentimiento quizá contradictorio, pero a veces no me apetece porque estoy haciendo otras cosas, porque ya estoy vestida y no me apetece levantarme la ropa, porque estoy cansada… O simplemente porque no.
De alguna forma siento que este larguísimo puerperio va llegando a su fin pero no estará cerrado del todo hasta que no termine la lactancia. No tengo prisa, la lactancia terminará cuando Bebé lo decida, pero yo podría cerrar este capítulo de mi vida ahora mismo. ¿Sentiré pena? Seguro que sí, de hecho se me empañan los ojos mientras escribo estas líneas. Sentiré pena y muchísima nostalgia. Estoy convencida de que habrá momentos en los que me gustaría volver a repetir todos esos instantes tan increíbles que hemos vivido. Pero la crianza, al menos para mi, ha sido siempre fluir. Y si el fluir lleva a que este verano termine nuestra la lactancia, pues así será.
Foto | Jessica Lucia en Flickr CC