Los norteamericanos han decidido poner freno con su voto a la alocada carrera de un presidente que divide al país y causa verdaderos estropicios en la convivencia interna y en las relaciones internacionales. Han querido frenar la abusiva y sectaria política de Trump, quien ya es considerado, aún sin terminar su mandato, el peor mandatario de la historia de EE UU por su imprevisibilidad, radicalismo, misoginia y xenofobia. La división de poderes y unas elecciones por separado han devuelto la racionalidad democrática a la política del país más poderoso del mundo, simplemente por posibilitar que la oposición de los demócratas pueda impulsar leyes, controlar la labor del Ejecutivo y abrir comisiones de investigación desde la Cámara de Representantes sin las interferencias y manipulaciones que procedían de un Ejecutivo acostumbrado a imponer su voluntad sin discusión. Definitivamente, Donald Trump ha suspendido la reválida del martes.
Los norteamericanos han decidido poner freno con su voto a la alocada carrera de un presidente que divide al país y causa verdaderos estropicios en la convivencia interna y en las relaciones internacionales. Han querido frenar la abusiva y sectaria política de Trump, quien ya es considerado, aún sin terminar su mandato, el peor mandatario de la historia de EE UU por su imprevisibilidad, radicalismo, misoginia y xenofobia. La división de poderes y unas elecciones por separado han devuelto la racionalidad democrática a la política del país más poderoso del mundo, simplemente por posibilitar que la oposición de los demócratas pueda impulsar leyes, controlar la labor del Ejecutivo y abrir comisiones de investigación desde la Cámara de Representantes sin las interferencias y manipulaciones que procedían de un Ejecutivo acostumbrado a imponer su voluntad sin discusión. Definitivamente, Donald Trump ha suspendido la reválida del martes.