-Lucía de Fraga-Y te despiertas...-o, tal vez, sea el mundo el que lo haga-con un dulce sabor a cuna que nunca llegastea abandonar y el sopor de unas sábanas tristeque, poco a poco, te resultan más ajenas.Sigues sin querer abrir los ojos y te subesa esa inmensa oruga humana con el ritmoordenancista de los días que van cayendodentro de un almanaque estático e invisible.Sólo te alcanza el sudor y la queja unánime.Esos seres adocenados son lo único quete recuerda que eres figura sobre fondo;débil cuerpo silente; movimiento en la quietud.¿Acaso sueñas todavía en la cuna que se mece?No, ya no. Soñar es lo más parecido a no existiry tú estás simplemente Muerto.
-Lucía de Fraga-Y te despiertas...-o, tal vez, sea el mundo el que lo haga-con un dulce sabor a cuna que nunca llegastea abandonar y el sopor de unas sábanas tristeque, poco a poco, te resultan más ajenas.Sigues sin querer abrir los ojos y te subesa esa inmensa oruga humana con el ritmoordenancista de los días que van cayendodentro de un almanaque estático e invisible.Sólo te alcanza el sudor y la queja unánime.Esos seres adocenados son lo único quete recuerda que eres figura sobre fondo;débil cuerpo silente; movimiento en la quietud.¿Acaso sueñas todavía en la cuna que se mece?No, ya no. Soñar es lo más parecido a no existiry tú estás simplemente Muerto.