—No sé que me pasa, estoy muy triste.
—No estás triste. Esto es mucho más. Llama a tu centro de salud y vete ahora mismo al médico. Cuéntale que te pasa y luego hablamos.
Hablamos ese día y muchos más en mis días iguales. Hablamos muchísimo, mis hijas la llaman "Mónica que hace el tonto" porque cuando eran pequeñas y venía a vernos, según le abría la puerta, se ponía a correr persiguiéndolas por toda la casa y llevándolas a un estado de excitación incompatible con acostarlas durante las siguientes tres horas. Ella, por entonces, no tenía hijos pero esperé un tiempo prudencial y, ahora, cuando veo a sus hijos no corro detrás de ellos pero les dejo comer patatas, tirarse a lo bruto en la piscina y correr medio enloquecidos por el jardín.
En octubre la volví a llamar llorando desde el coche y me dijo: ven a casa. Nos sentamos en un sofá a hablar, me abrazó y me dijo: hemos vuelto a los días iguales, al médico, a las pastillas y a terapia pero, no te preocupes, esta vez va a ser mejor.
Mónica siempre está ahí para mí y el sábado voy a hacer con ella mi primer directo ¡chispas! para hablar de depresión y de como viene contarlo e ir al médico y sentirte comprendida. Hablaremos de muchas cosas más y seguro que nos reímos y a lo mejor lloramos.
Los directos de instagram son el mal pero... por si os apetece.