Creo que fue la casa real la que ha popularizado la frase de "..ni esta ni se le espera", algo así se responde en Cadiz, cuando después del gran botellón, se pregunta por la alcaldesa Teofila Martinez, "ni está ni se le espera"
Hoy no es el olor a corrupción a lo que me refiero, hoy no es lo mal que huele que Teofila Martinez nombre delegados en Zona Franca y que los procese la justicia por ladronzuelos y el fiscal les pida mas de 10 años, no, no es a eso. Es al olor olor.
Después del sábado del carnaval, la ciudad de Cadiz amanece así, con pintadas en su catedral, sucia hasta decir basta, mobiliario urbano destrozado y un olor que hoy todavía castiga a todos los habitantes y visitantes de esta ciudad.
No es solo un problema de un tipo determinado de visitantes, que también, es sobre todo de un tipo de fiestas que el ayuntamiento gaditano alienta y fomenta, con excusas que dejan dinero a la ciudad, cuando todos sabemos, y sobretodo los comerciantes, no dejan ni un euro.
Ademas la pasividad del Ayuntamiento y de Teofila Martinez ante este fenómeno que año a año va creciendo, deja a Cadiz absolutamente desprotegidos ante los bárbaros locales y de mas allá de Puertatierra.
Menos mal que siempre queda la autodefensa, eso si con la creatividad y el optimismo que siempre hay el POPULO, donde comerciantes y vecinos advierten como manda la ley, por que lo de mear en la calle, solo en los poemas de Alberti es aceptable.