Y todo a media luz. Marizio de Giovanni

Publicado el 16 marzo 2016 por Revista PrÓtesis @RevistaPROTESIS
Esa prosa preciosista a la que nos acostumbra GiovanniRicciardi y el sargento Maione en Pascua. Una fiesta católica y de hondas tradiciones, al menos en el universo mediterráneo donde vivimos. Equivale a nuestro domingo de Resurección y también a varias tradiciones que se van diluyendo con el paso del tiempo. Para los napolitanos representa un momento importante, se termina la cuaresma y el “supuesto recogimiento” que conlleva.

La primavera acecha y eso se nota en todo Nápoles que presiente la llegada de ese renacer que supone la estación. El pretexto para todo el artificio es el asesinato de “Víbora”, una prostituta de lujo que ejerce en un burdel llamado el Paraíso.En Víbora estará contenida toda la idea del crimen puesto que figuran aparte iguales los dos elementos vitales para Ricciardi, el amor y el hambre. En ella misma se condensan las pasiones y las necesidades más vitales de los hombres y por lo tanto será la mejor representación de ambas.lirismo y delicadeza que emanan de todo lo que cuentaPero no es lo más importante de la novela, para nada, en esta ocasión el caso parece menos importante, menos influyente en el desarrollo de la obra, lo que toma un mayor protagonismo es el propio universo de los protagonistasDe alguna forma el foco se ha trasladado a ellos que pasan de ser unos meros instrumentos literarios a ser parte integral de la novela. Con mayor peso de Ricciardi y sus problemas sentimentales.En todo el artificio se impone de nuevo la lírica, acompañada de esa prosa preciosista que tan bien nos tenía acostumbrados Giovanni, sirva como ejemplo:

Y recordaba el perfume, un perfume especiado, salvaje y sofisticado a la vez. Y una piel suave, acogedora, húmeda. Olores y sabores, una caída lenta como una pluma que llega al fondo de un abismo. Y dos ojos grandes y felices, una boca tierna que se abría en una sonrisa, mientras él se daba cuenta con un nuevo dolor que no podría mantener la promesa, que había traicionado dos veces: la confianza de quien no estaba, la esperanza de quien sí estaba

La novela me ha parecido soberbiamente escrita, de las mejores de la saga sino la mejor. La pluma de Giovanni ha vuelto por sus derroteros iniciales. Dándole lirismo y también delicadeza a todo lo que cuenta. El sentimiento que desprende cada frase ensalza el contenido

Giovanni ha vuelto al campo de las emociones y de la intimidad donde verdaderamente es un maestro. El entorno, más o menos abigarrado, o los golpes de humor propios de una cultura muy mediterránea no le restan empuje a esa introspección tan personal que refleja. Se habla mucho de amor, también de soledad, por supuesto que de renuncias y de melancolía, también de esperanza. Todo eso se condensa en los protagonistas y con su propio mundo interior se nos muestra con elevada elegancia.

Hay emociones que dejan huella, penetran en un territorio inexplorado del alma, acceden a un suelo desconocido del corazón y se apoderan de él para siempre

Después de todo lo dicho me es imposible obviar la recomendación. Ya lo saben, soy un enamorado de Giovanni. Entiendo que no brilla por sus tramas criminales o detectivescas, pero es capaz de hacer una novela que es una delicia, como esta, y hacer disfrutar al lector. Tras terminar te queda la idea de gratitud hacia el autor por hacernos disfrutar de tan buenos momentos.
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Sergio Torrijos