Y tú, ¿alimentas el ego o consigues resultados?

Por Falcaide @falcaide
Las Redes Sociales han sido una de los grandes novedades de los últimos años que han transformado nuestra forma de relacionarnos y hacer negocios. Pero como todo, también tiene una cara menos conocida que hay que saber reconocer.
Hace poco, en el post, La palabra ‘mágica’ para ganar dinero, hablábamos de cómo hace algunos años al publicar un libro, la difusión y notoriedad del mismo se producía básicamente por tres medios: prensa, radio y televisión. Hoy día, junto a esos canales, las RRSS (Twitter, Facebook, LinkedIn, etc) permiten la viralización –‘salvaje’ diríamos– de contenidos permitiendo tener un enorme impacto con poca inversión de tiempo, energía y dinero. Diríamos que hoy día el éxito es más fácil que nunca, aunque también, precisamente por ello, la competencia es más fuerte que nunca.
Pero a lo que íbamos, hablando de RRSS, hay que decir que éstas son un arma de doble filo: un instrumento extraordinario al servicio de una causa, pero que al mismo tiempo pueden hacer que se confunda paja y grano.
Hoy día las RRSS pueden convertirse en el recurso ideal para alimentar el EGO de las personas, y el EGO es uno de los grandes enemigos del ser humano. Y es que como me decía una vez Fátima Mártinez López (@fmlopez48), «el mundo 2.0 alimenta el ego y es el refugio para los que no han triunfado en el 1.0».
Frase contundente, pero creo que @fmlopez48 tiene mucha razón. Las RRSS permiten satisfacer fácilmente el EGO, y el EGO puede llegar a convertirse en una droga porque te evade de la realidad y te hace creer algo que no es. Y como toda droga, no es fácil desengancharse de ella: cuanto más metido estás, más difícil dar marcha atrás.
Ya hace algunos posts atrás decíamos en Las 3 E del Éxito –Educación + Experiencia + Efectivo–, que la tercera E era el Efectivo; o dicho de otra manera, estás haciendo  bien o no las cosas cuando el mercado te retribuye, cuando te compra, cuando facturas.
El éxito no es acumular Followers o RT (en twitter) o ‘me gusta’ (en facebook) o corazoncitos (en Instagram) –todos ellos necesidades del EGO y que a todos nos gustan experimentar–, sino de los resultados, o sea, de los clientes. Sin embargo, la sociedad está construida para alimentar el EGO, y con un peligro: el EGO es insaciable, nunca está satisfecho y siempre quiere más.
Con el EGO –el disfraz, el yo falso, la máscara, el traje con el que nos vestimos– hay que tener cuidado, porque muchas de nuestras acciones están orientadas a satisfacer ese EGO, confundiendo lo ‘importante’ con lo ‘accesorio’, lo ‘principal’ con lo ‘secundario’. La escritora Carol K. Anthony, autora de Love, An Inner Connection, dice:
«El ego es un conjunto de imágenes de nosotros mismos que hemos elegido para ser menos vulnerables de cara a los demás. Aunque a menudo nuestro ego pueda llegar a confundirnos y nos identificamos con estas imágenes como si fuesen nuestro verdadero ser, el ego no dejar de ser un papel, una charada que actuamos a diario con casi total convicción. El ego resulta tan convincente porque lo sostiene toda una estructura racional social. El ego parece un refugio seguro porque allí nos sentimos menos vulnerables a los demás. Pero al adulto que se confunde con su ego le ocurre como si se hubiese vestido con ropa que no le pertenece y, sin embargo, se identifica con lo que lleva puesto. Aunque el ser emocional de cada persona puede estar reprimido, no conseguimos nunca engañarnos del todo. En cuanto aparece el fracaso o la conmoción, el conflicto entre el ego y la verdad individual de cada uno sale a la luz la consciencia. Se tambalean entonces los cimientos del ego pacientemente construido por cada persona y se cuestionan las verdades exteriores aprendidas».
Y añade Carol K. Anthony:
«El ego colectivo está instintivamente al tanto de todos aquellos que no encajan en el sistema. Los elementos libres inspiran temor (…). Cuando crecemos casi todos nos percatamos de este estado de las cosas y nos ajustamos en función de ello. Decidimos jugar el juego del ego social y nos adaptamos a lo que se nos ofrece; o bien buscamos un grupo de personas con la que podamos identificarnos para sentirnos más acompañados más seguros. Resulta muy difícil renunciar al sentido de pertenencia a algún grupo humano, sobre todo porque nos han entrenado para tener miedo a estar aislados y, por tanto, nos aferramos a la necesidad de sentirnos aceptados».
Muchas veces hemos hablado aquí del EGO, eterno caballo de batalla del ser humano, en posts como 7 pasos para liberarte del EGO o Las mentiras del EGO. Y también en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 2013, 2ª edic.) hemos tratado el tema. Allí recogíamos las palabras de Deepak Chopra:
«El ego no es lo que realmente somos. El ego es nuestra imagen, nuestra máscara social, el papel que estamos desempeñando. A la máscara social le gusta la aprobación, quiere controlar y se apoya en el poder porque vive en el temor».
El EGO no es otra cosa que vivir de acuerdo a las expectativas de los demás. Domesticar el EGO no es fácil –la sociedad lo alimenta con facilidad–, pero es imprescindible para ser feliz. Vivir dominados por el EGO es no vivir, porque nuestro estado de alegría o tristeza es vulnerable según las circunstancias; liberarse el EGO es fluir con la vida, conectar con ella. Nuestras insatisfacciones y frustraciones se producen por vivir con ese disfraz puesto. Por supuesto que no es fácil liberarse de él (nos enseñan a todo lo contrario), pero merece la pena intentarlo. Es como liberarse de un peso grande. Cuando el EGO te hace suyo, todo es lucha, competición, resistencia y frustración, aunque de puertas a fuera no lo parezca; cuando lo dominas tú a él, ocurre todo lo contrario, todo es satisfacción, alegría y bienestar. Cuando desaparece el EGO, desaparece el miedo; no hay nada que temer porque no hay nada que perder.
* En Libros de Management (@librosdemanagem) puedes ver una Entrevista a Santiago García, autor de El ocaso del empleo: Cómo sobrevivir al futuro del trabajo; y una reseña de El futuro lo decides tú, de Zaryn Dentzel, fundador de la red social Tuenti.                                                                                                                                                                  MEDULA PARA MATEO  ‘Hacerte donante de médula puede salvar una vida’| Web| Facebook|Twitter|                                                                                                                                                                  «APRENDIENDO DE LOS MEJORES» en: |Amazon.esCasa del LibroFNAC|Pulsa para ver|Vídeo-Libro  Dossier de Prensa – Slideshare – Reseña Twitter Opina |