Y tú, qué edad tienes

Por Dolega @blogdedolega

-¿Me acompañas a llevar el horno al servicio técnico?

-Vale, si tú me llevas al Hipercor de Pozuelo.

-No tenemos nada que comprar allí, ¡macho, que manía con los hiper!

-Sí que tengo que ir a comprar cosas para la dieta.

Cara de acelga

-Vale, te llevo.

Ya lo sabéis, odio los supermercados. Llegamos, aparco y Consorte sale corriendo. Empiezo a sospechar que tiene síndrome de abstinencia.

Para llegar a la entrada del Hipermercado hay que pasar por la zona de cosmética.

-Holaaaa buenas tardesss (me sale al paso chica treintaañera, dependienta de cosmética, hipermegamaquillada, moniiiiiiisima, pero un poquitín plasta y con algo de tonillo confianzudo)

-Mira te quiero presentar lo más nuevo de la colección de serums que tenemos, porque te veo con la piel un poquito deshidratada. Pero no te preocupes porque es normal en esta época del año.

En circunstancias normales hubiera mandado a la susodicha a freír monas rápidamente, pero tengo conocidas que trabajan por estos predios y sé de las enormes presiones que se ejercen sobre ellas para llegar a las cuotas de ventas exigidas, así que no quiero ser borde con ésta.

-Gracias hija pero no me interesa. Y empiezo a andar y sin pensárselo me coge del brazo.

-¡No no, no te puedo dejar ir así porque creo que yo podría hacer mucho por ese cutis! Creo que si sigues mis consejos y utilizas los productos que te dé, ¡vamos, que te quito diez años de encima en un minuto!

Me paro, la miro, pestañeo cuatro veces mientras cuento hasta diez…

-Ahh, si me quitas diez años en un minuto ¡entonces sí que te escucho!

-Claro mujer, tú ven para acá conmigo.

Allá que me coge de la mano y veo que cruza una mirada triunfal con una compañera, competidora de marca cosmética. Se pone detrás del mostrador, muestra su más encantadora sonrisa y me dice:

-Porque a ver, tú cuántos años tienes.

-El mes que viene cumplo los 74, le digo con cara angelical.

-¡¡¡¡No, No me lo puedo creeeeeer!!!! Chilla a lo quinceañera al paso del ídolo. ¡No puede ser!

-Pues si hija, créetelo porque es así. Le digo con cara de abuelita bonachona.

-¡¡Pero si tienes una piel estupenda!! Sigue chillando la niña.

-No creas, la tengo un poco deshidratada, pero ya sabes en esta época es normal…

Pilla la ironía al vuelo y suelta una carcajada acompañada de un simpático guiño de ojo.

-No no, en serio qué haces para estar así de bien, ¡es que es increíble!

-Que va, hija si es sencillo, tengo en el jardín lavanda y romero y salvia y allí que lo recojo y me hago los aceites y me los pongo y mira, voy tirando.

Un poquito de Tai chi según me levanto, muchos cereales en el desayuno y nada de carne que es malísima. Luego en vez de la siesta, yoga que relaja el cuerpo y le da serenidad a la mente. ahhh y sexo dos veces al día.

-¡Anda ya! Eso sí que no me lo creo.

-Bueno eres libre ó no de creértelo, ¡yo tampoco me creo que tu serum me quite diez años de encima en un minuto! Pero seguro que hay gente que se gasta la pasta en él. ¡Mi remedio es gratis!

-Pero que dices, si mi chico y yo apenas nos vemos con esto de los trabajos y cuando lo hacemos estamos tan cansados que uffff. Algunas veces lo decimos que parecemos viejos. Ahhh, perdona claro no como tú, jajaja (risa tonta)

-Menta, té de menta. ( bajito en tono confidencial)

-¿Cómo?

-Eso, té de menta,  mucho té de menta con miel, eso no falla.

-¿En serio, me lo estás diciendo en serio, no me estás vacilando?

-Yo nunca vacilo con esas cosas, son temas muy serios hija.

En eso aparece Consorte.

-Venga ya he terminado.  Ves,  aquí si tienen el té de menta que me gusta. Vamos. Y empieza a caminar hacia la salida.

Chica flipando.

La miro le guiño un ojo y le digo bajito en plan teatral

-Hazme caso, té de menta.

Y me marcho tan pancha.

-Que hacías ahí y yo buscándote por el super.

-Nada, que me ha surgido el post de mañana…