Hace un par de semanas, mas o menos, leí un titular en las noticias que me hizo plantear la dificil tesitura en la que te puedes ver involucrado, si por desgracia, te sucede algo así.
El Supremo rebaja en 4 años la condena a una mujer que mató al violador de su hija
* Deberá cumplir cinco años y medio de cárcel, frente a los nueve a los que había sido condenada por la Audiencia de Alicante.
* El fallecido había cumplido 9 años de prisión por violar a la hija de la acusada, cuando la niña contaba sólo con 13 años.
* La mujer prendió fuego al hombre cuando le preguntó por su hija.
Como víctima de abusos sexuales en mi infancia, actuaría de una manera.
Como madre, actuaría de otra, quizá muy parecida y quizá ninguna buena. O si.
Como persona y teniendo en cuenta los problemas judiciales que me reportaría según que decisión decidiera llevar a cabo, el desenlace sería otro.
O no.
Sinceramente no se que haría si le pasara algo así a un hijo mio. Es fácil escudarse en la socorrida frase de "no quiero ni pensarlo".
Pero, ¿que pasa si lo piensas?, ¿que pasa si te paras a analizar las sensaciones que te conlleva el imaginar un suceso así?
¿Que harías?
Yo, sinceramente, no lo se y prefiero no tener que planteármelo nunca. ¡Son tantas las opciones que me vienen a la cabeza!.
La rabia por el daño a un ser querido puede llevarnos a realizar actos que, aunque nos parezcan justos, se pagan muy caros.
Es dificil saber anteponer lo correcto a lo justo.