…Y una canción desesperada

Publicado el 17 marzo 2011 por Carmentxu

No sé si es demasiado pronto o demasiado tarde para este canto. Valga como argumento para descartar a los defensores de lo nuclear como forma de vida inteligente, no en el sentido de coeficiente intelectual (que habrá de todo), sino de esa inteligencia natural que ha permitido a la humanidad sobrevivir durante miles de años. De esa andan escasos y desmemoriados.

 

Padre, dígame qué le han hecho al río, que ya no canta. Resbala como un barro muerto bajo un palmo de espuma blanca. Padre, que el río ya no es el río. Padre, antes de que vuelva el verano, esconda todo lo que esté vivo.

Padre, dígame qué le han hecho al bosque que ya no hay árboles. En el invierno, no tendremos fuego ni en verano lugar para descansar. Padre, que el bosque ya no es el bosque. Padre, antes de que se haga oscuro, llene de vida la despensa.

Sin leña y sin peces, padre, tendremos que quemar la barca, labrar el trigo por las migas y cerrar la casa a cal y canto. Padre, si no hay pinos no se harán piñas, ni habrá insectos ni pájaros. Padre, donde no hay flores no se harán abejas, cera ni miel.

Padre, que el campo ya no es el campo. Padre, mañana del cielo lloverá sangre, el viento lo canta llorando.
Padre, ya están aquí, monstruos de carne con lombrices de hierro. Padre, no tenga miedo, diga que no, que yo le espero. Padre, que están matando la tierra. Padre, deje de llorar, que nos han declarado la guerra.