"Y yo qué?"... El papá excluido

Por Maternidadconsciente @MaternConscient

"Sala de excluidos - 5"- r2hox-CC

Recuerdo una frase que me dijo mi amiga María una vez (tiene la costumbre de decir cosas que quedan grabadas en mi memoria y luego aparecen con más fuerza cuando sucede algo que se relaciona): los hijos nunca vienen a unir a las parejas, siempre provocan desunión. 

Y por supuesto, este tipo de reflexiones llevan a que uno piense "y las familias felices qué? son un mito?". Bueno, no, no son un mito, pero aparentemente son aquéllas que han logrado superar con éxito las crisis de los primeros tiempos de ma y pa-ternidad. Aclaro que ella (mi amiga) sacó esta conclusión ante algunas observaciones de la realidad en que muchas mujeres intentaban retener a sus parejas, quedando embarazadas, una falsa ilusión si una sabe a lo que se enfrenta cuando tiene un hijo y los desgastes que esta nueva realidad puede provocar aún en las parejas más sólidas. Qué es lo que pasa? Por qué un hijo genera crisis? Pasa que las parejas, por regla general, sobreviven a partir del principio de reciprocidad. Es decir, cada uno da lo que recibe y viceversa. Todo en una relación de pareja es recíproco. Y esto nos lleva a vivir en un perfecto aparente equilibrio. Por qué "aparente"? Porque este amor "egoísta" se pone a prueba cuando una de las dos partes en cuestión se ve imposibilitada de dar lo que por "contrato" le corresponde. En esos casos, el otro, que queda sin recibir nada, también deja de dar, sin cuestionar siquiera los motivos que pueden haber llevado al otro a suspender sus "prestaciones". La ma/paternidad es uno de esos casos. La mujer se ve absorbida totalmente por las necesidades de su hijo recién nacido, con una demanda al extremo que le succiona todas sus energías y la deja desprovista de fuerzas para seguir dando. Y cuando por fin llega su momento de descanso, quiere recibir! Recibir qué? amor, contención, cariño, abrazos, comprensión, respeto. Básicamente sería algo como "dame un beso en la frente, haceme unos masajes en los pies y dejame dormir en tus piernas mientras acaricias mi pelo". O acaso no es el sueño de muchas mamás recientes encontrar ese tipo de contención en nuestra pareja? Pero pasa que nuestra pareja es un hombre, que no tiene idea de las cosas que pasan por nuestro cuerpo, mente y alma, los desequilibrios de nuestras hormonas, las crisis existenciales que se producen a partir del embarazo, el parto, las pausas laborales, la identidad social agredida por nuestro nuevo rol, etc, etc, etc. Son hombres y no sufrieron esos cambios ni esas crisis, sino que sufrieron otros cambios y otras crisis: ahora tengo más responsabilidad (económica, moral...), menos libertad, menos atención de mi mujer, tengo que aprender a ser padre, extraño a mi esposa, ya no tengo sexo (o tanto sexo) como antes, etc, etc, etc. Y de momentos críticos como estos surgen frases masculinas como : ya no me quiere, no es la de antes, solo le importan los chicos, nunca quiere tener sexo conmigo, siempre está cansada, solo quiere dormir, etc. etc. etc. Y frases femeninas como: no me entiende, solo quiere sexo, no me apoya como madre, no valora lo que hago, ya no me quiere, etc, etc, etc. No fue casual que escriba tantos etcéteras. Esta etapa puede estar realmente llena de etcéteras, sobre todo cuando se trata de quejas y reclamos. Porque lo que sucede es que tanto uno como otro miembro de la pareja creen y sienten que no son lo suficientemente amados. Se rompió la reciprocidad. Laura Gutman ofrece una solución, pero para adoptarla es necesario partir de la idea de no-reciprocidad, al menos por un tiempo, hasta que cada uno vuelva a acomodarse en los nuevos roles y permitir que funcione esta nueva dinámica de una pareja que se convirtió en familia, de dos novios/esposos que se convirtieron en padres, pero que tienen que aprender a cumplir con esto sin dejar de ser parejaOtra de las cuestiones base es comprender que la mujer no hace todo lo que hace por el bebé, porque lo prefiera antes que a su pareja, ni porque solo le importe el nuevo integrante, sino porque el bebé precisa de ello para, nada menos que su supervivencia! No hay nada de egoísta en la mujer que cumple esta tarea, todo lo contrario, es altruismo puro. Y como esta etapa demanda exigencias "sobrehumanas", bueno... lamento informarle que de algún modo el padre también tendrá que cumplir ciertas exigencias "sobrehumanas" para no quedar excluido de la relación mamá-bebé, resignarse a la no-reciprocidad, dar amor (besos en la frente, masajes en los pies, poner la mesa... amor incondicional, o sea "no-condicionado-a-tener-o-conseguir-sexo"), lo que sabemos que es algo difícil y muy exigente, pero que trae como consecuencia felicidad absoluta... acaso no lo vale?Si te interesa el tema, puedes encontrar más en: Carta a una pareja que espera a su bebéCarta de una mamá primeriza a su esposo10 cosas que puedes hacer por una nueva mamá

Qué opinas del asunto? Crees que la paternidad trae aparejadas crisis? Cómo crees que se puede mejorar esta etapa en la pareja?