Y de esto queremos hablar en este artículo, de esta evolución que han sufrido las consolas y, sobre todo, de un sector de estas consolas: las portátiles. Consolas que hemos llevado en el bolsillo, cuando cabían, y que hemos utilizado para cualquier cosa: ver la tele, mirar la hora, grabar nuestra voz, hacer fotos, como GPS, agenda personal… y sí, se me olvidaba, jugar.
Un juego que muchos ha identificado con los más pequeños de la casa. Consolas que solo eran para que los chicos se entretuvieran mientras tu padre veía el fútbol en la tele o tu madre cambiaba de emisora para ver el telediario. Consolas que servían para poder estar entretenido mientras que estabas en el coche con tus padres. Si miramos a la publicidad de la época, hay bastantes ejemplos para ver esto que os estoy diciendo.
¿Un cacharro para niños? Las consolas portátiles se han convertido en una extensión de nuestra mochila de viaje. Adolescentes y niños, ancianos y, en general, cualquier persona se ha convertido en usuario de estos ingenios que, aunque su función principal es el entretenimiento, ha supuesto todo un gadget de última generación para los más sibaritas de la tecnología.
De todas formas, esto no siempre fue así. Permitidme que obvie las primeras consolas portátiles y me plante directamente en el año de nacimiento de la primera Game Boy. Año 1989 en Japón, sale la consola portátil que enseñará al mundo como con dos colores, verde y más verde, se puede dar tanto entretenimiento y de tanta calidad. Una consola que aun solo ofreciendo la posibilidad de jugar a priori, se convirtió en una de las consolas más vendidas de la historia, marcando todo un hito a todas las generaciones de los dos mil para atrás.
Sega no consideró que crear una consola tan “obsoleta” para la época como lo era Game Boy fuera una buena opción, creando la famosa Game Gear. Consola que aun teniendo un tamaño descomunal, tenía el mismo tamaño que la caja de un juego de Mega Drive, vendió más de diez millones de consolas en todo el mundo, una cifra irrisoria frente a los más de 87 millones de la primera Game Boy. ¿Por qué tanta diferencia? Game Gear ofrecía una calidad gráfica pareja a una Master System, todo un “pepino” gráfico para la época de forma portátil, e incluso con un pequeño periférico se podía ver la televisión en cualquier parte. Pero claro, las funcionalidades y la última tecnología no lo son todo, siendo muy importantes: la batería, el precio y el tamaño, elementos en los que suspendía la creación de la compañía del erizo azul.
Vemos que en esta primera gran batalla de consolas portátiles ganó la funcionalidad de poder jugar de forma cómoda en cualquier parte frente a todo el elenco de posibilidades que te ofrecía Game Gear con todos sus problemas. Esto fomento esa visión del juego portátil para niños exclusivamente, viéndose como un entretenimiento de críos, cosa que tampoco nos debe sorprender, ya que casi siempre en esta época se ha enfocado el videojuego como un entretenimiento infantil.
Lllega Game Boy Color y Game Boy Advance, nadie puede plantar clara de forma seria a la gigante de Nintendo en este terreno. Consolas que no tienen un precio demasiado descabellado y enfocado al juego únicamente, siendo la clave de su éxito. Pero algo empieza a moverse por el fondo de esta industria, empieza el auge de los teléfonos móviles y las compañías ven que estos dos mundos se pueden fusionar en uno. De esta forma nacen los primeros juegos en móviles y algunos terminales que se iban enfocando a este ocio, llegando su culmen a uno de los terminales más controvertidos de la historia: N-Gage.
N-Gage nace en 2003 bajo el amparo de la marca Nokia. Las principales franquicias apoyarán este nuevo aparato, viendo juegos como FIFA, Virtua Tennis, Rayman, Call of Duty… la “creme de la creme”. Por diversos factores la consola murió y pasó al olvido de todos, pero algo dejó, esa semilla de que los móviles tenían que ser algo más o que las portátiles tenían que ser otra cosa, semilla que sería recogida por Apple posteriormente.
Nintendo, mientras, continúa su legado de portátiles viéndose la dueña y señora de este terreno. Pero algo pasó, Sony, después de venir de dos generaciones de consolas en las que había arrasado de forma brutal en el terreno de la sobremesa, decide saltar al mercado portátil, sacando PSP. Aparato que se planta como centro de la tecnología del momento, convirtiéndose en un centro de ocio completo para los que buscaban todo tipo de facilidades de forma que pudieras transportar con facilidad.
Sony se veía en la cima, parecía que tenía el producto definitivo, algo parecido a lo que pudieron sentir los directivos de Sega con Game Gear. Nintendo, de todas formas, tenía su contra preparada: un dispositivo con doble pantalla con una de ellas táctil que revolucionara el juego portátil de la época. Apostando por una potencia inferior, creó Nintendo DS, siendo la que dominó el mayor tiempo en el mercado.
De nuevo Nintendo apostaba por una consola centrada en el juego, olvidando lo demás. Sony, en cambio, recogía las bases de Game Gear y lo avanzado con N-Gage, creando una consola que ofrecía algo más y con una calidad gráfica que nos sorprendió a todos por entonces. Pero volvieron a caer en el error que cometió Sega décadas antes: una batería que duraba poco, un precio desorbitado y un tamaño bastante grande para lo que debía ser una portátil, aunque este último punto fue pasado desapercibido debido al tamaño de la consola de Nintendo.
Pero… algo cambió. PSP no fue arrasada como su homónima seguera, llegando a calar entre una base de público bastante amplia, siendo la única consola portátil que ha plantado cara y replantear a Nintendo su modelo de negocio en este terreno.