Y15W17: Gordo

Por Francescbon @francescbon
Encontrar la primera frase, decía Kapuscinski, era capital. Decía, esa tirará de todo el resto del texto. Vaya con los polacos. Jan Potocki va a ser mi siguiente polaco, por cierto. Pero vayamos a lo que decía Kapuscinski. Sí: la primera frase es importante, da acceso al primer párrafo y, claro, una mala elección (como puede darse con el título, con la imagen de la portada, con la editorial a la que se envían los borradores) dará al traste con mucho de lo que vaya detrás. Y en literatura, o en los blogs, en lo que queráis decir que es esto que estáis leyendo, eso representa que el lector no siga, que no abra más puertas porque no le ha gustado lo que había tras la primera, significa trabajo y tiempo desperdiciado. Porque la ilusión y el ego y el darse patadas en el pecho diciendo ante el espejo qué cojonudo soy no tienen más repercusión, pero el tiempo, dicen, es un tesoro.Todo ello viene al caso de que, en una incomprensible pero loable cesión a la voluntad popular, he aceptado las sugerencias y (evitando la pretenciosa expresión he decidido) voy a hacerme cargo de sacar adelante algo a lo que le hemos puesto el working title de Los buenos, que en un principio, porque ya sabemos aquí que empezamos hablando de una cosa y nos vamos a demasiadas otras, será una especie de pieza coral (odio la palabra pieza coral, pero quizás no tanto si tiendo a pensar en ciertas películas de Robert Altman, sobre todo las inspiradas en piezas de Raymond Carver) a la que todos contribuiremos de forma rendida y desinteresada, y cuyo leitmotiv (aviso: acaban aquí los cultismos en cursiva) será, porque ese es un lugar común, el asunto de Orsai y, claro, el gordo Casciari. Habrá quien piense que a buenas horas, habrá quien diga que cada uno tomó su camino, habrá opiniones diversas y todas respetables, pero, golpe en la mesa, suave que hay gente durmiendo, dejadme que me imponga un poco, ya sabéis, cederé, seguro.Y la frase; terrible que sea mi elección por lo que representa en pretensiones, en falta de vergüenza, en pésima catadura moral cuando no soy capaz de desbrozar ni cinco mitos de las grandes obras clásicas, pero me hace ilusión, no ilusión bárbara, más bien una ilusión modesta y adormilada.La primera frase de Los buenos será esta:
"Hoy voy a ser metaliterario"
Libros: un muy digno contendiente a novela enseña de la literatura colombiana del narcocrimen: Rosario Tijeras, de Jorge Franco. Sorprendido por la convicción del narrador, y por esa habilidad de ciertos autores en ir deslizando piezas de la sociedad que retratan, sin esfuerzo, sin pretextos.Pobrísimo bagaje del que habría que culpar a los resfriados que cursan con congestión. Pero la súbita y precipitada publicación de Sumisión de Houellebecq parece ir a salvar algún mueble.Y La ira es energía, autobiografía de John Lydon en 600 páginas: otra de esas cosas por las que te frotas las manos cuando miras los estantes.