¡¡¡Ya basta!!! Aprende a decir “NO” sin sentir culpa por ello

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Sabela Naranjo es una entrenadora personal, pero lo suyo no es el deporte, sino las emociones. Y asegura que decir sí cuando realmente no se quiere es una de las costumbres más venenosas que se encuentra. Venenosa para los demás, pero sobre todo para nosotros mismos.

Cuenta esta coaching que desde pequeños hemos aprendido que debemos ser amables y ayudar a los demás, porque es lo correcto. El problema radica en que muy a menudo nos encontramos con gente que se aprovecha de nuestra buena voluntad.

Por eso Naranjo organiza sesiones como el café coaching, que celebró la semana pasada en Ferrol con la siguiente reflexión:

"Si otros se aprovechan de ti sin sentimiento de culpa, ¿por qué has de tenerlo tú cuando les niegas una petición?"

Para calmar la ansiedad o la mala conciencia que nos pueda generar este planteamiento, la terapeuta recomienda tener en cuenta que es imposible complacer a todo el mundo todo el tiempo. Es más, a veces decimos que sí a personas, y ese sí, lleva a un no para otras. Lo planteo de otro modo... Pensemos en todo aquello a lo que dices sí, cuando dices un no. Quizá a tu descanso, a tu familia, a tus aficiones...

Las personas a las que les cuesta negarse sufren ansiedad, porque se dan cuenta de que su tiempo se les escapa con tareas o gente con la que no querían estar y deben renunciar a la vida que realmente ansían. El drama es que no siempre se es consciente de esta situación; simplemente se vive siendo así, y nacen entonces otros problemas muy relacionados, en ocasiones, con enfermedades psicosomáticas, estrés y depresiones.

Baja autoestima

Las sesiones de Naranjo son la búsqueda de un tesoro: el autoconocimiento y las causas por las que decimos sí a todo.

El miedo a los conflictos, la baja autoestima, el deseo de ser querido o simplemente sentirse obligado a devolver favores suelen ser las principales. Para tomar conciencia de que se deben superar estas barreras, en el café coaching se escribieron grandes tarjetones con los beneficios del no.

"No se trata de volverse una persona egoísta o un adicto al no. No se trata de negarnos a hacer un favor; se trata de diferenciar a quién, cómo y cuándo se lo hacemos. Se trata de aprender a decidir cuándo queremos decir sí o decir no. Se trata de aprender a poner límites a quienes pretenden utilizarnos. Se trata de no olvidarnos de nosotros mismos, de nuestras necesidades, que también las tenemos. En definitiva, se trata de mantener un equilibrio y aprender a gestionar esos nos"

Alecciona la experta en inteligencia emocional que aborda este y otros asuntos en su blog (www.sabelanaranjo.com). Una bitácora en la que incluso habla del denominado síndrome de ayuda.

Tarea

No es sencillo desembarazarse de una costumbre tan arraigada y que seguramente marca la personalidad desde niños. Por eso Naranjo propone comenzar practicando el denominado no temporal, es decir, un no abierto que ofrece al que pide alguna posibilidad para el futuro.

Además, recomienda una actividad: "Compra una hucha, escribe en ella algo que desees mucho regalarte y su precio. A partir de entonces, cada vez que digas no, mete por ejemplo un euro en la hucha. Será un pequeño truco para incentivarte en este entrenamiento, y sobre todo, será divertido"

Sin embargo, la clave pasa por avanzar con seguridad en tres pasos: identificar cuándo y a quién nos cuesta decir no; tomar conciencia de que tenemos derecho a negarnos, o a cambiar de opinión si primeramente dijimos sí; y aprender y entrenar técnicas específicas para decir no de forma asertiva.

Y para todo ello recomienda paciencia, una actitud positiva; decir no con una sonrisa siempre es mejor, y una lectura que aporta muchas estrategias: La asertividad de Eva Bach y Anna Forés.

Fuente: https://escuelapararicos.net/ya-basta-aprende-a-decir-no-sin-sentir-culpa-por-ello

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