Ya hace un año que acabé de escribir ‘El viaje de Pau’. Un año… No tengo la sensación de que haya pasado tanto tiempo, pero si echo la vista atrás me doy cuenta de cuántas cosas han sucedido desde entonces. Es como si me hubiera puesto a tejer una telaraña, muy despacito, pensando primero en que alcanzara para unir dos hojas, luego dos ramitas, alcanzar más tarde el tallo de la planta más próxima, y seguir así, sin prisa pero sin pausa, hasta que ahora, si me alejo un poco y contemplo la extensión del tejido, tomo conciencia de lo mucho que he avanzado. Sin embargo, el camino no ha hecho más que empezar.
Todo escritor que escribe con el objetivo de llegar a un público lo más numeroso posible sueña con ganar importantes premios literarios que significarán un impulso definitivo a su carrera o que las principales editoriales competirán por los derechos de sus obras. Son sueños, desde luego, pero hasta que no empiezas a conocer el mundillo no te das cuenta de cómo de irreales pueden llegar a ser.
Los primeros meses tras acabar mi primera novela los pasé esperando la respuesta de las editoriales a las que había enviado el manuscrito. También la presenté al premio Alfaguara (iluso de mí) y debo confesar que alguna que otra película me monté imaginándome cómo sería la gala… Sí, no puedo evitar que mi mente vuele a los mundos de Yupi…
Tras enviar los e-mails de presentación a las editoriales me animé por la rápida respuesta de varias de ellas, que me pidieron que les enviara el manuscrito completo. Tocaba esperar, así que me armé de paciencia y dediqué el tiempo a escribir el guión de ‘Memorias de Lázaro Hunter’, la novela gráfica que desarrollo junto a mi hermano, el genial pintor e ilustrador Fran Recacha.
Al cabo de un par o tres de meses me llegaron un par de propuestas de editoriales para publicar ‘El viaje de Pau’. ¡Estupendo! Sí, ya, salvo por el pequeño detalle de que me pedían que me hiciera cargo de parte del coste de la primera edición, que oscilaba entre los 2.000 y los 4.500 euros. Dediqué unos cinco minutos a sopesarlas antes de decidir que puestos a poner dinero que jamás sabría si iba siquiera a recuperar, pues ya me buscaba la vida por mi cuenta.
La autopublicación no era una opción que me entusiasmase, la verdad. Yo era uno más de tantísimos lectores que consideraban que una novela sólo podía ser tenida en cuenta si llevaba un sello editorial. Ponerme a pensar en el trabajazo que implicaba hacerme cargo de todo el proceso necesario para hacer llegar mi libro al público me echaba para atrás… Pero a los cinco meses me di cuenta de que no tenía sentido continuar esperando y me puse a ello.
No voy a aburriros con los detalles del proceso, del cual, por otro lado, ya he hablado en varios posts. Lo que quería exponer en este texto eran sobre todo mis sensaciones un año después. Ya sabéis que se está vendiendo por Internet y en varias librerías de todo el país, y que me encuentro en la fase de intentar expandir la red de puntos de venta. La logística no es un tema menor, ya que sin sitios físicos donde adquirirlo los lectores potenciales no se van a complicar la vida y elegirán otro de los miles de títulos disponibles. Afortunadamente, los libros no caducan, y si no es ahora, la oportunidad llegará más adelante. Es una cuestión de tiempo.
La autopublicación es una oportunidad. Entre millones, desde luego, pero una oportunidad de las grandes si va acompañada de mucho trabajo, un buen producto, e ingentes dosis de ilusión. Una pizquita de suerte tampoco viene mal. En mi caso, he llegado a la conclusión de que voy bien servido de todos los ingredientes. De otra forma no habría llegado hasta aquí; esta primera etapa de una aventura que promete ser larga. Confío firmemente en ello, y no porque sea un “somiatruites”, que decimos en Catalunya (tener pájaros en la cabeza sería una traducción bastante aproximada), sino porque en cada paso que he dado durante estos meses me he sentido respaldado por una comunidad de amig@s cada vez más numerosa, he recibido un buen número de críticas positivas, e incluso la atención de varios medios de comunicación importantes (Televisión Española, ‘El Periódico de Catalunya’ por dos veces). Esta misma semana he sido entrevistado para la importante emisora Radio Cadena Nacional… de Colombia. La periodista Andrea Silva Reyes ha querido contar conmigo para su programa ‘Cultura RCN’, que se emitirá en unas semanas, y yo se lo agradezco de corazón. Jamás imaginé que la historia de Pau & cía. fuera a llegar tan lejos.
Entrevistado por Andrea Silva Reyes para RCN Colombia.
En este tiempo he llevado a cabo varias acciones de promoción, para algunas de las cuales he necesitado de vuestra colaboración. La respuesta siempre ha sido magnífica. Sabéis que ahora está en marcha otra de esas iniciativas: ‘el libro viajero’, y ya ha superado la más optimista de mis previsiones. Las cuatro anfitrionas que lo han hospedado hasta ahora no habrían podido ser más atentas ni entregarse con más entusiasmo a la “causa”. El resultado está siendo espectacular, como podéis leer cada semana en el post que hace el seguimiento del recorrido, y me consta que los próximos anfitriones están preparando las excursiones con Pau y compañía a conciencia. Ya no me atrevo a hacer previsiones…
Un año que ha culminado con la presentación de ‘El viaje de Pau’ en sociedad, el sábado pasado en la librería Espai Literari de Barcelona. Ese momento representó el fin de la primera etapa. Por delante aguarda un camino inexplorado, lleno de obstáculos, pero también de grandes satisfacciones. Mientras conserve los ingredientes necesarios será un camino para disfrutar del viaje.
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