Como ya he comentado en alguna ocasión, David se está tomando con mucha tranquilidad lo de soltarse a hablar.
Algunos me dicen que, como es un niño super expresivo y le entendemos todo sin necesidad de mediar palabra, no encuentra necesario hablar. Otros que, como no va a la guarde, y se relaciona con pocos niños, por eso le está costando mas..
Yo, en ocasiones, he cometido el error de caer en lo que tanto critico y pensar que mi niño va " un poco lento".Pero, para mi fortuna y la de mi hijo, a poco que me paro a pensar llego a la conclusión de que eso de ir lento o rápido siempre es muy relativo, pues depende de con quien lo compares y por todos es sabido que las comparaciones nunca fueron buenas... Además, que es eso de vivir con un cronometro en la mano esperando a que el pobre David haga esto o aquello "a tiempo" o "cuando los otros niños". Ni que la vida fuera una carrera!!!
Pero por desgracia para muchos la vida si que es una carrera que todos queremos ganar. El problema es que, siendo nosotros los interesados, hacemos competir a nuestros hijos, intentando que sean los que antes "no se qué" y los que más "no se cuantos". Intentamos ponernos la medalla a su costa, no respetando sus ritmos ni dejándoles pararse a disfrutar de sus logros. Haciéndoles competitivos desde su más tierna infancia. Como si por el hecho de que llegaran los primeros a "no se muy bien donde" nosotros nos convirtiéramos en mejores padres.
Como a mi no me gustan las carreras y me parece que a David tampoco, hemos decidido que nosotros no jugamos. Muchos piensan que no participamos porque sabemos que no tenemos posibilidades de ganar, porque en algunas cosas podemos ir un poco mas lentos, pero realmente no participamos porque nos gusta más pasear que correr, disfrutar de lo que nos encontramos durante el proceso y no precipitarnos hacia delante sin detenernos en esas pequeñas y maravillosas cosas que solo se ven si dedicas tiempo a mirarlas...
Y estoy muy orgullosa de que mi pequeño, a su ritmo y sin prisas, se está decidiendo a ampliar su vocabulario, pasando de decir solo mamá, papá, agua y luna a decir también cheche (leche), tata (horchata), tata í (está ahí), ahi tá (ahí está), ábol (árbol), eses (ese és), alguna más que seguro que me dejo y a intentar cantar en su idioma algunas canciones de los cantajuegos.
Así que todo llega, y David, como los demás niños, también hablará. Y comerá más cosas, y será mas independiente y un montón de cosas más. Pero a su ritmo y sin presiones, disfrutando del proceso. Sin prisas.