Esta pregunta repiten los niños, una y otra vez, mientras estamos de camino hacia algún lugar, sobre todo si ese lugar es divertido para ellos. Cuando ya conocen la carretera, la van observando, y ya saben que queda un "tiempo" para llegar. Así que si tienen prisa lo que dicen es "¡Quiero llegar ya!
Los educadores, padres, madres, también nos valemos de la observación para descubrir si hemos llegado a dónde queríamos llegar, o aún nos queda un camino por recorrer. Si los carteles de la calzada indican que nos estamos dirigiendo hacia un sitio que no era nuestro objetivo, corregimos la dirección sobre la marcha. Si es una autopista, usamos la siguiente salida para girar y desandar lo hecho de forma errónea. La primera vez que hacemos un camino, incluso miramos si ese lugar es un pueblo intermedio, para estar seguros de que llevamos la dirección correcta.
Esta habilidad, que ya conocemos y usamos en nuestros desplazamientos por carretera, es muy importante usarla en casa o en la escuela con los niños y niñas. Ciertamente, funciona en las relaciones humanas en general, y logicamente, con los niños y niñas en partícular. En casa también encontramos carteles que nos indican si nos estamos dirigiendo al lugar que queríamos llegar o no.
Para ello, definamos un objetivo a conseguir, "un lugar al que llegar". Por ejemplo dejar los juguetes ordenados después de jugar. Cuando los pequeños han terminado de jugar, ¿ordenan los juguetes?, si la respuesta a esta pregunta es no, este hecho indica que nos dirigimos hacia "otro lugar". Entonces hacemos un cambio en nuestro comportamiento (el cambio de dirección) y comprobamos que pasa. Supongamos que entonces los niños colocan los juguetes, pero lo hacen peleando, chillando, enfadados, etc. Revisamos nuevamente si queremos que aprendan que ordenar y colocar es una tarea penosa, porque ese aprendizaje les acompañará toda su vida. Si la respuesta es nuevamente no, hagamos un nuevo cambio en nuestro comportamiento, orientando nuestros pasos al objetivo que nos habíamos planteado.
Es muy necesario detectar hacia dónde nos dirigimos para "no perder el norte". Y tener varias herramientas de comunicación, lo que en un mapa serían las diferentes carreteras y cruces. En el objetivo que hablamos, una opción puede ser inventar un juego o canción que sea divertido y hacerlo con ellos. Cuando hemos hecho varias veces ese juego, nos ponemos a un lado y dirigimos el juego o la canción. Más adelante, a medida que crecen, lo harán por si mismo, porque ha sido asociado a algo divertido.
Tanto mientras conducimos un coche como cuando estamos con niños y niñas es estrictamente necesario estar "presentes". Si me despisto en la conducción, llego a donde no quería. Si me despisto en la relación con mis hijos e hijas, estoy corriendo el mismo riesgo.
Teresa Garcia.
Psicologa Clínica.
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