Mañana comienza el cole, qué emoción!
Va a ser un gran día lleno de cambios. Mayor empieza primero de primaria, Pequeña empieza infantil y yo me quedo sola en casa todas las mañanas (veremos si consigo sacar adelante mi proyecto, si sale os lo cuento). Mayor entra contenta, tiene ganas de ver a sus amigas y sabe que este curso va a tener deberes todos los días (malditos deberes!!!) pero de momento creo que si entramos con buen pie todo va a salir bien. Le cuesta, pero lo hace. Pobrecita mía, yo no recuerdo que con seis años nos mandasen deberes, de hecho creo que no deberían tener... veremos a ver si desde el AMPA podemos solucionar esto un poquito. Este año me toca moverme. Por suerte pequeña tiene un periodo de adaptación de toda la semana, primero una hora con unos compañeros, después otro día otra hora con otros compañeros... y así paulatinamente para irse conociendo poco a poco. He de reconocer que tengo sentimientos encontrados, por un lado estoy emocionada con el cambio, por otro me da terror que entre llorando... No hace mucho leí en un blog unos papis que con tres años no escolarizaban a su hija (hasta los seis no es obligatorio) y me abrió un mundo de posibilidades pero no quiero sacar tanto los pies del tiesto, a no ser que vea que la situación lo requiera y saque a Pequeña otro año más pero de momento creo que no será el caso. Tiene ganas. Por mi parte me quedo en casa organizando un poco el descontrol del verano, quiero pintar la casa y centrar mi vida un poco, ver que pasa con el futuro...