Ya lo dijeron

Publicado el 25 septiembre 2019 por Angeles

Como dijo Abraham Lincoln, los libros "nos hacen ver que esas ideas tan originales que tenemos no son en realidad nada nuevo", y en la Biblia leemos que "no hay nada nuevo bajo el sol". Por eso no debería sorprendernos lo bien que encajan en nuestro presente ideas y observaciones escritas hace ochenta, cien, doscientos o dos mil años.

Sin embargo yo me sorprendí, aunque sólo un poco, cuando leí hace unos días algo que Dostoieveski escribió en 1863, refieriéndose a los políticos franceses:

"Desde luego, sabe muy bien que sólo habrá elocuencia y nada más, que habrá palabras, palabras y palabras, y que de esas palabras no saldrá decididamente nada. Pero con eso ya está muy muy contento [...], él mismo está convencido de que de su discurso no saldrá nada [...] pero sin embargo habla, habla varios años seguidos, y habla hermosamente, hasta con gran placer. Y a todos los miembros que lo escuchan se les cae la baba de placer."

No es de extrañar que los analistas y críticos deesta obra la consideren"actual" , pues pareciera que el autor hubiera estado viendo los telediarios de nuestra televisión antes de escribir sus reflexiones.

Cada época y cada sociedad tienen problemas y conflictos comunes y específicos, pero lo que parece que nunca varía son las actitudes de las personas y los comportamientos humanos en general, sea en la época, el lugar y el problema que sea.

Por ejemplo, Nancy Brysson Morrison señalaba en los años treinta dos debilidades del ser humano que siguen vigentes más de ochenta años después: por un lado el afán por los bienes materiales, y por otro el vicio de la queja, en el convencimiento de que las cosas están peor que nunca:

"No necesitamos todo lo que creemos que necesitamos; no necesitamos casi nada. Las cosas no son ahora más difíciles que antes y nada debilita más a los hombres que compadecerse de sí mismos."

A pesar de la experiencia acumulada por la humanidad, esos vicios no sólo siguen existiendo, sino que se han acentuado. Del mismo modo, problemas que ya se detectaron hace décadas, no han hecho más que agravarse, como ocurre con la cuestión medioambiental, sobre lo que escribió Isaac Asimov en 1992:

"La Tierra se enfrenta en la actualidad a problemas mediambientales que amenazan con la inminente destrucción de la civilización y con el final del planeta como lugar habitable. La humanidad no se puede permitir desperdiciar sus recursos financieros y emocionales en peleas interminables y sin sentido entre los diversos grupos. Debe haber un sentido de lo global en el que todo el mundo se una para resolver los problemas reales a los que nos enfrentamos todos."

Parece que el maestro, como buen visionario, previó lo que está ocurriendo ahora, o empieza a ocurrir: las manifestaciones, marchas y protestas que el ciudadano anónimo (los políticos siguen con sus "palabras, palabras y palabras") y los investigadores de diversos campos están llevando a cabo en muchos paises, y que demuestran un grado de concienciación que es nuevo y que sin duda a Asimov le habría gustado presenciar.

Por cierto, Stefan Zweig también escribió, mucho antes, sobre la necesidad de unión de la gente honrada y desinteresada, y volvió a demostrar su agudeza y perspicacia con unas palabras que pueden pronunciarse hoy sin delatar sus ochenta años de antigüedad:

"Sólo la gente pequeña, los silenciosos, los carentes de ambición, no están unidos, y ésa es la desgracia del mundo en que vivimos. Los que no quieren nada unos de otros, los que se contentan con saber que hay gente honrada tanto en un lado como en el otro, y se consideran afortunados si gozan de buena salud [...], ésos permanecen en el anonimato. Las personas que comparten intereses están unidas en todo el mundo. ¿Cómo sería si, alguna vez, los anónimos se unieran como los únicos que no tienen otro interés que vivir en paz y tranquilidad? Sería la fuerza más poderosa del mundo."

Empecé diciendo que la literatura nos enseña que no hay nada nuevo, que lo que nos atañe hoy es lo mismo que afectó a nuestros antepasados. Y que aunque los problemas varíen en forma o en intensidad, nuestras emociones y reacciones son las mismas que las de ellos.

Pero ahora creo que hay que añadir además que los libros también nos enseñan que tanto el origen de los problemas como las soluciones son los mismos que han sido siempre.

Los fragmentos corresponden a las siguientes ediciones:

-Fiodor Dostoievski. Apuntes de invierno sobre impresiones de verano. Hermida Editores, 2017. Traducción de Alejandro Ariel González.

-Isaac Asimov. Memorias. Ediciones B, 1994. Traducción de Teresa de León.

-Stefan Zweig. Clarissa. Acantilado, 2017. Traducción de Marina Bornas Montaña.

-Nancy B. Morrison. The Gowk Storm, aún no publicado en español.


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