… pero escribe con el corazón.
Siempre que alguien me ha contado las ganas que tenía de abrir un blog y el problema que le suponía no saber sobre qué escribir en él, he tenido la misma respuesta. Escribe sobre lo que te apasione. Además, tengo la costumbre (¿molesta?) de hacer referencia a ello en casi todas las entradas sobre blogging que escribo en este blog. Pero es que realmente conocer qué es eso que nos apasiona nos facilita mucho el trabajo de escribir sobre ello. El problema está, claro, cuando todavía no sabes cuál es tu pasión.
Sobre pasiones no hay nada escrito. No hay ninguna ley o norma que te diga qué es aquello que te tiene que apasionar, ni siquiera hay una regla que diga que por ser hombre o mujer, que por nacer en tal o cual sitio, vaya a darte por una u otra cosa. La pasión no entiende de sociodemográficos ni de datos cruzados. La pasión sólo entiende de personas, y de lo que cada persona sienta cuando lleva a cabo su pasión.
Te haré una pregunta: ¿A qué te dedicarías hasta gratis? ¿Qué sería aquello en lo que emplearías el máximo de tu tiempo, si las facturas ni las obligaciones te lo impidieran? Puede que tengas clara la respuesta. Por ejemplo, yo sé que podría pasarme la mayor parte de mi día escribiendo, si no tuviera que pasarme ocho horas en el trabajo, claro. Sin embargo, no tienes por qué tenerlo claro. Y no pasa nada. Porque una parte divertida de tener una pasión, es el camino que uno recorre hasta averiguarlo. Si además de averiguar tu pasión te gustaría poder ser capaz de escribir sobre ella, el camino puede ser todavía mejor.
Hoy te traigo claves sencillas que puedes aplicar en tu día a día para intentar averiguar tu pasión. Si eres de los que ya lo tiene claro, ve directamente a los puntos 4 y 5: ¿por qué no empezar a escribir sobre ella?
1. ¿Qué estás haciendo ahora?
¿A qué dedicas tu tiempo libre? (Y como es él…. Habréis canturreado, seguro, que os veo). ¿Qué haces en los ratos en los que no estás cumpliendo con tus obligaciones? Quizá, no sé, seas de esos suertudos a los que sus obligaciones les apasionan, pero si no es el caso, una buena forma de averiguar qué es, por ejemplo, empezar a plantearte con qué es eso que más disfrutas cuando tienes un rato libre. Incluso, si crees que nada de lo que haces te emociona lo suficiente, puedes probar a hacer cosas nuevas. No tengas miedo de probar aficiones o aprender sobre temas diferentes.
2. ¿De qué no puedes dejar de hablar?
Sin querer, aunque no sea tu medio principal de vida y quizá sólo por lo mucho que te interese el tema, te has vuelto un poco experto en la materia sin ni siquiera ser consciente de ello. Lees todo lo que puedes, te informas, estás al día y por eso, en cada conversación que surge la oportunidad, hablas de eso que tanto te gusta. ¿Podría ser una buena pasión a la que dedicarte? ¿Cuál sería una buena forma de dejar de hablar, pasar a la acción y empezar a hacer?
3. ¿Piensas a menudo “Ojalá pudiera dedicarme a…”?
¿Qué es eso a lo que, si pudieras dedicarte, lo harías? Enfocar una vida profesional en torno a una pasión, tenga o no tenga que ver con nuestra profesión en sí, es un sueño al que muchos podemos aspirar. Plantéate primero si quieres que esa sea tu meta y por supuesto, si vas a ser capaz de tomártelo en serio. Después traza un plan en forma de pirámide invertida: primero los pequeños cambios (de actitud, de forma de pensar), después las acciones que requieran compromiso (abrir un blog, hacer cursos para formarte, asistir a eventos y seguir la trayectoria y hablar con expertos en la materia), por último, el gran salto: ¿Cómo quieres construir tu vida en torno a tu pasión? (Plantearte cómo tu pasión puede generar ingresos, montar una empresa, dedicarte a ello a tiempo parcial, como una segunda vía de ingresos…).
4. ¿Y si empiezas escribiendo sobre ello?
Puede que no sea el momento de tu vida en el que tengas que liarte la manta a la cabeza y empezar a intentar vivir de tu pasión. Puede, además, que todavía estés confuso entre todas las cosas que te interesan o te gustan como para arriesgarte tanto. ¿Pero por qué no empiezas con un paso tan pequeño (y tan grande) como es abrir un blog y empezar a escribir sobre los temas que más te interesan? Si eres lo suficientemente constante, un día verás la evolución de tu blog y te darás cuenta de cómo has ido cambiando de temas, de tipo de contenidos… Tus últimas entradas no se paracerán a las primeras y durante el tiempo que llevas escribiendo habrás estado definiendo, casi sin darte cuenta, tu verdadera pasión.
5. Antes de venirte arriba… Organízate.
No empieces a escribir al tuntún, ni tampoco escribas sobre demasiados temas que apenas tengan que ver entre sí. Procura que tu blog tenga un tema principal, tu pasión o uno de tus mayores intereses, que sea una especie de paraguas que guarde, bajo él, el resto de temas relacionados sobre los que podrías explayarte durante horas y escribir hasta que se te desenroscaran los dedos. Con tiempo, constancia y trabajo, verás que hay un tipo de entradas que te resultan más sencillas de escribir o temas que te gustan más que otros. Déjate llevar por tu instinto.
Anímate. Puedes empezar hoy ;)
Hasta el lunes, almas cándidas.