“YA LO TENGO TODO”
Nos cuenta que a través de su experiencia Norman Vincent, no se considera una persona que ya lo tiene todo ya que el sigue soñando, planeando, trabajando, porque todo ello lleva una gran emoción. Pero él ha observado que hay muchas personas que, a pesar de tener todas las comodidades posibles, pierden algo, les falta un incentivo, les falta un empuje, una motivación que los llevó hasta allí. Ahora que estas personas viven en grande, cómodamente, no cumplen las expectativas que ellos esperaban. Pero hay otras personas que, habiendo llegado a una meta fijada, se proponen otra, y repiten la bien probada y verdadera pauta del éxito. Habiendo realizado varios sueños, conciben nuevas ideas, más altos ideales cada vez, y por consiguiente más emocionantes, jamás se les acabará el entusiasmo o motivación. Se puede decir que es la felicidad la que no se acaba ya que no pierden la emoción de alcanzar algo nuevo. El futuro que nos espera está repleto de innumerables oportunidades increíbles. Claro no está mal pensar que uno “ya lo tiene todo” pero uno no se debe acomodar o acostumbrar a ello, es mejor pensar que es solo el comienzo de nuestras metas, entonces se procederá de un nivel de realización a otro, de una meta o logro a otra, en un patrón de vida de crecimiento y desarrollo continuo. Cada día se debe dar lo mejor de sí mismo para que así todo camine bien. Una combinación de fijación de metas, visualización, fe y pensamiento positivo conduce a un resultado satisfactorio. Lo ideal o recomendado para no perder el sentido a la vida es, fijar una meta de corto y largo plazo o ya sean varias, para aplicar los principios positivos. Llegará el día en que pueda decir agradecido “Ya he triunfado” y así se podrá pasar a la siguiente meta.