YA NO ESTOY AQUÍ (ÍDEM, MÉXICO - EU, 2019)Al final de la segunda película del director y guionista Fernando Frías de la Parra el recién llegado Ulises (Juan Daniel Garcia Treviño) ha regresado de su odisea personal, solo para darse cuenta que el lugar al que regreso no es el mismo que dejo atrás, ni el lugar, ni su banda, ni la cultura, ni siquiera el mismo, por lo que su deseo nostálgico de regresar a ese pasado idilico parece haber sido arrancado de golpe por el narcotrafico y la narcocultura que se propago por todo el país en esa mal llamada guerra contra el narco del terrible Felipe Calderon, que ademas amenaza con volver por sus fueros, sus amigos han aceptado la oferta del narco y los adolescentes cargan "cuernos de chivo" para todos lados, las pubertas estan embarazadas, y la cultura abraza al narcotrafico aceptando todo con tal de una bolsita de despensa de 100 pesos como se ve en una cruenta escena, ahi Ulises ya no tiene cabida, pero como buen "Terko" prende su reproductor y comienza a escuchar sus cumbias rebajadas, comienza a bailar y a anclarse en la subcultura "Kolombiana" como lo ha hecho en toda la cinta, pero de prontos se apaga, y volvemos de sopetón a la realidad junto a él, una realidad de patrullas, policías, disparos y ambulancias, una imagen dolorosa y cortante que le enseña que tampoco esta aqui, ni siquiera en su ciudad, en su casa, en su hogar. Esta imagen final es perfecta para terminar el metraje porque deja claro que Ulises ya no puede escapar mas, que su sueño no existe, que el pasado nunca regresara, y queda abierto porque no sabe adonde ir ya que todo el tiempo se ha negado a aceptar la destrucción de su pequeño universo, y también deja claro que Ulises se ha negado a cambiar, a evolucionar, y uno lo admira por eso pero somos conscientes de que en este mundo, y en un país que sigue secuestrado por el narco, solo ver lo que sucedió en Culiacán en ese jueves negro, no es posible. La cinta de Frías se mueve en dos diferentes tiempos, por un lado nos cuenta el pasado de Ulises donde disfrutaba de las fiestas, cuando era el rey del baile, en los tiempos que cuidaba a su pandilla "Los Terkos", a los que se les hace una mención especial al final de la cinta, porque queda claro que el director siente realmente admiración, cariño y respeto por los "cholombianos", esa mezcla entre ropa de cholo, baile colombiano y corte de pelo azteca, pero volviendo al pasado, Ulises era respetado y querido pero entonces un aviso por la radio nos informa de la falsa guerra contra el narco, y una mala decisión, un juego, un malentendido, causa que Ulises quede entre la espada y la pared y tenga que huir. En tanto en el tiempo presente somos testigos de las dificultades de Ulises para acoplarse a la vida de mojado, no sabe ingles ni le interesa aprender, sus compañeros se burlan de él por ser diferente, lo atacan, le dan carrilla, y el sigue anclado a su forma de vida y cultura lo que le causa múltiples problemas, principalmente causadas por él como se ve en esa escena donde escapa del policía que quería ayudarlo, o esa ayuda que nunca acepta del todo de esa adolescente china Lin (Xueming Angelina Chen) que amablemente lo apoya, pero Ulises es una causa perdida y no se siente agusto ahi porque ni siquiera lo intenta por lo que queda irremediablemente condenado a volver de donde escapo, por ahi he escuchado que Ulises es terco y obstinado, que esta cerrado y cae mal, pero no lo veo asi, como apunte antes existe algo de admiración por mi parte hacia alguien que no cambia sus creencias y culturas, que desprecia a los que no tienen las suyas, ese comentario que escupe a los pochos de "no te queda creerte negro" por lo de escuchar hip hop, y ese orgullo con que viste y ama su música. Ademas ¿no existe algo de morbosidad malsana en Lin? pareciera que lo ve como un objeto o cosa rara, aun mucho mas de lo que ella pudo ser en cualquier momento, y por otro lado, ¿no tiene razón Ulises de estar molesto y no cambiar? despues de todo le arrebataron su estilo de vida, su música, su cultura, lo que amaba, todo antes de tiempo sin razón alguna, por lo menos en mi si causa tanta indignación como enojo, y es que aunque pertenecemos a culturas diferentes todos sufrimos los mismos estragos, y todos tenemos algo de terquedad, al final ninguno pertenece a ningún lugar, y que esto nos lo diga Frías con una dirección notable, dándole preferencia en esas tomas fijas a los bailes y con esa particular música que ni sabia que me gustaba hace que el viaje sea mas placentero, no menos doloroso pero por lo menos mas disfrutable. Calificación: Muy Bien